Anillos de árboles dan evidencias de un evento solar extremo
La espectroscopia de masa de anillos de árboles indican el aumento acentuado en las concentraciones de carbono-14 en un solo año. Esto es consistente con un evento de partícula de energía solar extrema que ocurrió aproximadamente en 5410 aC.
El Sol emite constantemente un flujo de partículas energéticas, algunas de las cuales logran alcanzar el planeta Tierra. La densidad y la energía de ese flujo condicionan las actividades espaciales, ya que pueden interferir en las operaciones de los satélites y naves espaciales. La frecuencia con que el Sol emite estas ráfagas de partículas con energía suficiente para desactivar o destruir objetos electrónicos en el espacio aún se desconoce.
Un camino promisorio para determinar la frecuencia de estos eventos es el registro dendrocronológico. Cuando una partícula energética solar (PES) llega hasta la atmósfera, causa una reacción en cadena que resulta en la producción de un átomo de carbono-14. Estos átomos, posteriormente, son incorporados a la estructura de los árboles; así, la concentración de estos átomos de carbono-14 en uno de sus anillos puede ser indicativo de la frecuencia de impacto de estas PES en un determinado año.
Anillos de árboles y los ciclos extremos
Hasta el momento, son tres los eventos de producción de PES extremos que están descritos en la literatura -que ocurrieron aproximadamente en los años 660 aC, 774-775 dC y 992-993 dC. Cada uno de estos eventos fue cerca de una orden de magnitud más intenso que los que han sido medidos en la era de la exploración espacial. Miyake et al. describieron un evento que ocurrió entre 5411aC y 5410 aC. Por causa de esa explosión, el carbono-14 atmosférico aumentó a una tasa de 0,6% al año en el Hemisferio Norte, y cuyas concentraciones se mantuvieron altas por varios años antes de caer a niveles normales.
Los autores dedujeron la presencia de ese evento usando muestras recogidas de árboles en tres lugares del planeta distantes entre si: un pino briscolene en California, un pino escocés en Finlandia y un laricio europeo en Suiza. Los anillos de cada muestra fueron separados, y al material de cada uno de ellos se le realizó un análisis de espectrometría de masa del acelerador para determinar su contenido de carbono-14.
Usando métodos estadísticos, los investigadores identificaron un patrón de pequeñas variaciones de carbono-14 consistente con el ciclo solar de 11 años; el evento registrado en el anillo del árbol ocurrió durante un periodo de máximo solar. Notablemente, otras evidencias sugieren que el Sol estaba pasando por un periodo de décadas de actividad creciente.
Identifican relación entre ciclos solares y transición El Niño-La Niña.
Si una explosión extrema de PES se puede asociar al aumento de carbono-14, entonces estos datos podrían ayudar a estimar la ocurrencia de eventos futuros. Sin embargo, las informaciones obtenidas a partir de anillos de árboles no pueden descartar otras causas extraterrestres, como una explosión de una supernova cercana, por ejemplo. Según los autores, se hace necesario confirmar el evento mediante la medición isotópica de berilio y cloro de testigos de hielo.