¿Podría ocurrir esto en Chile? India arde con olas de calor extremas
Las temperaturas del aire han rozado los 50 °C en el sur de Asia afectando a más de 1.000 millones de personas. El tema es que no sólo el cambio climático facilita estos eventos severos. ¿Qué más hay? ¿Se pueden dar situaciones similares en nuestro país?
Amplias, intensas y prolongadas. Los calificativos para la sucesión de olas de calor severas que han afectado a gran parte de India, en el sur de Asia —el segundo país más poblado del mundo con cerca de 1.400 millones de seres humanos— desde marzo a la fecha.
Las temperaturas del aire han rozado los 50 °C y a ras de suelo superaron los 60 °C, incluso, en sectores de su vecino, Pakistán. El calor extremo no sólo ha provocado la muerte de decenas de personas, sino que además ha exigido al máxima el sistema energético de la nación, ha causado un daño irreparable a los cultivos, proliferan los incendios forestales, entre otras consecuencias devastadoras.
¿Por qué estas olas de calor tan largas e intensas? Por la combinación de dos factores: patrón sinóptico y cambio climático. Tal cual, no sólo se puede responsabilizar a este último como se acostumbra con tanta frecuencia por estos días.
“La exposición a las olas de calor es mucho mayor, en órdenes de magnitud, en India que aquí en Chile”, expone Martín Jacques, investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 y académico del departamento de geofísica de la Universidad de Concepción.
“Hablamos de un patrón sinóptico ‘estancado’ con un bloqueo muy fuerte que impide una ventilación efectiva en esa zona del mundo. Entonces tenemos la combinación de una condición meteorológica favorable para este evento extremo puntual que se complementa con los efectos del cambio climático. Por eso es importante aclarar que no se trata sólo de cambio climático”, sostiene el geofísico y doctor en Ciencias del Clima.
Tan lejos, tan cerca
Las causas del cambio climático (calentamiento global) las abordamos casi a diario en estas páginas. Además, en este caso, afecta a los habitantes de uno de los países más contaminantes del mundo y cuyos tomadores de decisiones se oponen con tenacidad a las medidas que aconseja la ciencia para para mitigar en parte sus consecuencias.
Por lo anterior, aquí nos centraremos en analizar el factor meteorológico que moldea este gran evento de altísimas temperaturas. “Hay un patrón de teleconexión atmosférica vinculado a un tren de ondas de Rosbby que avanzan de Este a Oeste desde el océano Atlántico hasta India. Esto genera una alta presión muy intensa asociado a estabilidad en la atmósfera por descenso de aire (poca ventilación), cielo despejado, ausencia de precipitaciones e incremento de la radiación solar”, analiza Martín Jacques.
Este tipo de patrones también se dan en Chile con eventos de altas temperaturas. “Hemos detectado estos precursores remotos con un mismo mecanismo, es decir, un tren de ondas que vincula lo que pasa en lugares lejanos con lo que sucede ‘corriente abajo’ hacia al Este. La diferencia es que allá la masa continental es muy amplia. Mientras que nuestro país es más estrecho por lo que la influencia oceánica es mucho más marcada”, detalla el investigador del CR(2).
Por lo tanto, la geografía de nuestro país impone un límite físico a los valores más extremos de temperatura.
¿Se pueden pronosticar las olas de calor?
Martín Jacques es parte de un grupo de expertos que han propuesto un método predictivo para las olas de calor en el centro-sur de Chile.
“Analizamos las teleconexiones, circulación anómala de la atmósfera que conecta con regiones remotas. Hemos estudiado lo que sucede en el océano Pacífico central (trópico), en el océano Índico y en el continente marítimo que es la zona de Indonesia (norte de Australia), ya que estadísticamente hemos visto que cuando tenemos olas de calor en Chile central aparecen señales anómalas de circulación en esas regiones con una o dos semanas de anticipación”, detalla el doctor en Ciencias de la Atmósfera.
Estas son anomalías de circulación que avanzan hacia el Este por el viento, lo que genera sistemas de bloqueo con altas presiones y, por ende, olas de calor en nuestro país.
Las olas de calor pueden tener efectos en la propagación de los incendios forestales, el deshielo en cuencas cordilleranas, eventos de floraciones algales, entre otras. “Por ello, avanzar en la identificación de precursores de las olas de calor es vital para la prevención y mitigación de sus impactos socioambientales”, cierra el experto de la Universidad de Concepción.