¿Por qué el proyecto para instalar radares en Chile sigue sin avanzar?

Tornados, precipitaciones convectivas que provocan grandes inundaciones, y fuertes vientos, son eventos meteorológicos que pueden dejar grandes pérdidas humanas y económicas. Todos se pueden vigilar a través de radares, pero en Chile, aún no se cuenta con ellos.

Un radar meteorológico es una antena que permite detectar objetos en la atmósfera, como gotas de lluvia, copos de nieve, granizos o insectos, etc., a kilómetros de distancia.
Un radar meteorológico es una antena que permite detectar objetos en la atmósfera, como gotas de lluvia, copos de nieve, granizos o insectos, etc., de 30 a 300 kilómetros de distancia.

Hasta hace algunos años, en Chile no se tenía consciencia de la posibilidad de que se formaran tornados. Aunque este tipo de eventos extremos había ocurrido varias veces en el pasado, solo tras el enjambre ocurrido en mayo de 2019, cuando una serie de tormentas afectó la Región del Biobío, se abrió la posibilidad de contar con radares meteorológicos para anticiparse a estos fenómenos.

El entonces presidente Sebastián Piñera, anunció el despliegue de radares que permitieran “anticiparnos a este cambio climático que ya se siente”, refiriéndose también a las inundaciones que habían afectado al norte. Sin embargo, hasta hoy, la propuesta elaborada por la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) sigue sin financiamiento.

Qué puede detectar un radar meteorológico

Un radar meteorológico es una antena que emite un pulso electromagnético a cierta frecuencia, el que se propaga en línea recta en la atmósfera para encontrarse con objetos, en este caso, gotas de lluvia, copos de nieve, granizos o insectos, etc. Cuando eso ocurre, el pulso viaja de vuelta, es registrado por el sistema, y se transforma en un dato. Con estos datos se puede saber dónde hay un centro de precipitación, por ejemplo, y hacia dónde se está moviendo.

Los radares son utilizados para rastrear las condiciones que pueden dar origen a tornados y para hacer el seguimiento de estos.
Los radares son utilizados para rastrear las condiciones que pueden dar origen a tornados y para hacer el seguimiento de estos.

Este tipo de radares son parte del equipamiento meteorológico básico en gran parte del mundo. Permite alertar sobre el paso de tornados, tormentas severas e, incluso, rachas de viento.

“La experiencia internacional muestra que su utilidad es para hacer alertas de corto plazo, también llamado nowcasting, cuando te puedes adelantar a un evento en el rango de horas”, explica Raúl Valenzuela, académico del Instituto de Ciencias de la Ingeniería de la Universidad de O’Higgins.

El radar da la estructura en tres dimensiones de los sistemas de precipitación. Es una información mucho más completa para hacer el pronóstico de corto plazo. Hoy día, la mayoría de los radares son Doppler y tienen la capacidad de medir la velocidad radial. Con eso se pueden detectar patrones de circulación que pueden indicar la presencia o la formación de un tornado. Hoy en día en Chile tenemos cero posibilidades de hacer eso”, agrega el investigador.

Un proyecto que avanza demasiado lento

Durante 2020, la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), organismo encargado de disponer la información meteorológica en el país, concluyó un estudio para optimizar su Sistema Meteorológico de Alerta Temprana, el que – según informa la institución–, entre otros equipamientos, recomienda la implementación de una red de radares entre las regiones de Valparaíso y Los Lagos.

Una red de radares permitiría hacer un seguimiento en alta resolución y casi en tiempo real de los fenómenos meteorológicos en que está implicada la precipitación.
Una red de radares permitiría hacer un seguimiento en alta resolución y casi en tiempo real de los fenómenos meteorológicos en que está implicada la precipitación.

El estudio, que incluye la incorporación de un Sistema detector de tormentas (SDT) a escala nacional y la densificación de la red de estaciones meteorológicas automáticas, fue presentado a las gobernaciones regionales. Al Gobierno Regional Metropolitano de Santiago, en tanto, se le presentó como proyecto, pero no han recibido respuesta.

“Una red de radares permitirá contar con herramientas más precisas para generar pronósticos más inmediatos (nowcasting) ante eventos meteorológicos severos y reforzar de esta manera el Sistema de Alerta Temprana de la DMC”, responde la Dirección Meteorológica a meteored.cl.

Esta red permitiría hacer un seguimiento en alta resolución y casi en tiempo real de los fenómenos meteorológicos en que está implicada la precipitación (lluvia, nieve, granizo, etc.), identificar con precisión zonas de probabilidad de formación de tornados y detectar la altura de la isoterma cero, agrega.

“El uso del radar es transversal a muchos sectores económicos del país, como es el sector agrícola, de recurso hídrico y otros, incluyendo la investigación”, destaca.

Meteorología no tiene la prioridad suficiente

Para Raúl Valenzuela, la falta de voluntad política está detrás del escaso apoyo que se le ha dado a la implementación de la red de radares que el país requiere.

Si tenemos radares no va a evitar que se produzcan eventos extremos, pero puede ayudar a mejorar la consciencia del peligro que se está acercando. Veo múltiples beneficios de tener radar. Chile no es un país pobre, es un país que tiene un montón de recursos, ese no es el problema. Es un tema de voluntad política. Queremos avanzar en esta dirección, queremos que la gente cuente con información, que la industria cuente con esta información, porque no solo impacta a la gente, sino también la economía del país”, indica.

Los datos obtenidos a través de radares permitirían crear aplicaciones donde los usuarios puedan estar constantemente informados.
Los datos obtenidos a través de radares permitirían crear aplicaciones donde los usuarios puedan estar constantemente informados.

“No sé si los académicos no hemos sido lo suficientemente claros, pero en todo lo que se refiere a desastres naturales, creo que los desastres meteorológicos son el hermano pobre. Los volcanes cuentan con sistema de observación, los tsunamis también, pero en meteorología no”, agrega el investigador.

La propuesta de la Dirección Meteorológica incluye cerca de ocho radares distribuidos entre la Región de Valparaíso y Los Lagos. Se basó en múltiples criterios, como la cobertura, la existencia de caminos, disponibilidad de energía eléctrica, además de la población afectada. Considerando también la orografía, ya que los radares no pueden ver lo que hay detrás de las montañas.

Valenzuela dice que, en el mejor de los casos –y de no tener problemas de financiamiento–, los radares deberían estar de Arica a Punta Arenas. “Pensemos que cada radar son dos millones de dólares, más el costo de hacer caminos y red eléctrica. Uno puede decir: ‘es mucha plata’, pero es un sistema que intenta salvar vidas”, enfatiza.

Además, agrega, como ya se ha probado en EE.UU., cada usuario podría revisar la información desde una aplicación móvil, permitiendo que la gente esté consciente del peligro que se acerca.