Recursos naturales y producción alimentaria llegan a un punto crítico
En el documento se alerta del alto grado de deterioro de las tierras y las aguas a nivel global y su incidencia en la producción de alimentos, de cara a una creciente población para el 2050. Conoce aquí los detalles de este informe y otros elementos que confirman que estos ecosistemas están en un punto crítico.
Convocado por la División Land&Water de la FAO, durante los días 8 y 9 de diciembre se celebró de manera virtual un encuentro de expertos para abordar desde distintas perspectivas la situación actual y tendencias en el uso de los recursos tierras y agua.
Durante este evento el Sr. Qu Dongyu, Director General de la FAO, presentó el informe “El estado de los recursos de tierras y aguas para la alimentación y la agricultura: sistemas al límite (SOLAW 2021)", que aborda la interrelación entre producción agrícola, sociedad y medio ambiente, ante el desafío que representa el crecimiento poblacional en el planeta para el 2050.
El documento, elaborado con la contribución de más de 300 científicos de diversas instituciones y especialistas de la FAO, revela que en los próximos 30 años la producción mundial de alimentos deberá crecer en un 70% para cubrir la demanda de los cerca de 10.000 millones de habitantes, y que los países en vías de desarrollo serán los responsables de casi la totalidad de estas producciones. Esta situación ejercerá una presión sin precedentes en los sistemas agrícolas, en su gran mayoría basados en prácticas insostenibles, por lo que la gestión de los recursos tierra y agua estarán en un punto crítico.
Hablemos de cifras...
El SOLAW 2021, que por primera vez tiene alcance global y se ha realizado a partir de bases de datos especializadas de varios países, se centra en analizar la cantidad y calidad de los recursos tierra e hídricos, así como su tasa de uso y gestión sostenible, en el marco socioeconómico de las distintas regiones.
Las cifras reveladas en el documento denotan un porcentaje relativamente bajo de tierras y aguas dedicadas a la agricultura, con grandes desequilibrios locales y regionales, entre los recursos que se dedican a la producción de alimentos con relación a otros usos.
Si tenemos en cuenta que el 98% de las calorías que ingerimos provienen de la tierra, es preocupante la crecente “invasión” de las tierras cultivables de calidad por asentamientos urbanos. Y las perspectivas de disminución de esta tendencia no son favorables: actualmente el 3% de la superficie de la Tierra está ocupada por ciudades, y hace solo dos décadas ocupaban el 0,5%.
Hoy solo el 11% de la superficie terrestre es usada en las producciones agrícolas, y consumen el 70% de toda el agua que se extrae de acuíferos, ríos y lagos. No obstante, la superficie agrícola del mundo ha crecido un 12% en los últimos 50 años, mientras la producción se ha incrementado 2,5 a 3 veces en igual período, fundamentalmente por el aumento de la productividad de los cultivos al aplicar avances tecnológicos.
¿Qué propone la FAO?
En el informe se da a conocer que muchas de las políticas gubernamentales incentivan las producciones agrícolas y su encadenamiento a redes comerciales, olvidando la gestión sostenible de los recursos, muchas veces hasta que ocurre una irreparable degradación ambiental. Por otra parte se recomienda fomentar la gestión espacial de los recursos hídricos, interrelacionando la agricultura con la generación hidroeléctrica y la navegación fluvial, como parte de políticas integradoras y apegadas a las mejores prácticas para la conservación de los ecosistemas.
Presentar a debate público esta problemática forma parte de la estrategia de la FAO para la identificación de los problemas predominantes en la producción agrícola por la excesiva presión demográfica y las prácticas insostenibles, así como promover políticas locales e internacionales para la gestión sostenible de las tierras y las aguas. Solo así se podrá alimentar a todos los habitantes del planeta con las maravillas que vienen de su suelo.