Proponen proyecto sin precedentes para enfriar los polos de la Tierra
A medida que se acelera el deshielo y los polos experimentan olas de calor sin precedentes, los científicos proponen un proyecto factible y económico para enfriar el Ártico y la Antártida. ¿Será realmente seguro?
Preocupa el calentamiento global, el deshielo y el aumento del nivel de los océanos; y mucho, sobre todo ahora que sabemos que los polos de la Tierra se están calentando mucho más rápido que el resto del planeta —la región ártica se está calentando hasta cuatro veces más rápido.
Sin embargo, un estudio publicado en la revista Environmental Research Communications sugiere un proyecto inédito y a primera vista atractivo: enfriar los polos utilizando aerosoles microscópicos que, supuestamente, "enmascaran" el Sol. Pero... ¿es realmente seguro para las personas y el planeta?
2 °C a menos por 11 mil millones de dólares al año
La idea de los científicos detrás del estudio es simple: los aviones rociarían a gran altura, a más de 13 km en la atmósfera, partículas microscópicas de aerosoles en latitudes de 60º norte y sur, equivalente a lugares como Anchorage, en Alaska y el sur de la Patagonia.
Las pulverizaciones se realizarían con aviones cisterna militares en dos épocas del año: en primavera y a principios de verano. La pulverización de los aerosoles a altitudes muy elevadas los transportaría hacia los polos, sombreando ligeramente la superficie. La radiación entrante del Sol se reduciría así, como bajo un gran quitasol.
125 aviones ya estarían operativos y listos para ser utilizados: al rociar estos aerosoles, permitirían una reducción de 2 °C en la temperatura media de los polos, devolviéndola casi a su nivel preindustrial. Los gastos se estiman en 11 mil millones de dólares por año. Un proyecto "barato", según los científicos, que, dado el impacto de la temperatura de los polos en la vida humana, podría beneficiar a todo el planeta.
Dióxido de azufre, ¿realmente útil y sin riesgos?
El problema es que los aerosoles microscópicos en cuestión están compuestos de dióxido de azufre y, nadie sabe las consecuencias a largo plazo para la salud. De momento, se sabe que el azufre causa problemas digestivos y respiratorios, y que afecta a los cultivos e incluso al ciclo del agua.
Es por eso que los científicos planean estas fumigaciones sobre tierras escasamente pobladas y donde la tierra cultivable es escasa o inexistente. También admiten que si el balance riesgo-beneficio da sus frutos, serían sólo en los polos. Los riesgos directos para el 99% restante de la población podrían ser considerados entonces insignificantes.
En sus conclusiones, los investigadores explican que, en cualquier caso, aunque sea sólo un descenso de la temperatura media en los polos, sería de interés común para toda la humanidad. "Es aspirina, no penicilina. No es un sustituto de la descarbonización", explica el autor principal, Wake Smith. En otras palabras, una herramienta útil, pero no la solución para salvar el planeta.