¿Qué es un golpe de calor? Identificando sus síntomas y cómo actuar ante ellos
Las altas temperaturas ambientales tienen impacto en las funciones vitales y pueden provocar problemas que van desde calambres y deshidratación a golpes de calor. Personas mayores y niños muy pequeños son los más vulnerables.
El cuerpo humano funciona de manera óptima con una temperatura interna de entre 36,5 y 37,5 °C, la que se esfuerza por mantener estable independiente de la temperatura ambiental. Cuando la sensación térmica es muy alta –durante olas de calor, por ejemplo–, el organismo enfrenta a desafíos difíciles de superar, como el golpe de calor.
Aunque en Chile las olas de calor no han llegado a tener el impacto que se ha visto en Europa, donde más de 47 mil personas murieron por causa del calor en 2023, los centros de urgencias sí han tenido mayor incidencia de consultas relacionadas a enfermedad por calor, sostiene el urgenciólogo Óscar Navea, especialista de UC CHRISTUS.
Según un cálculo realizado por la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA) y la Oficina de Estadísticas Nacionales del mismo país, las olas de calor de 2017 y 2019 en Chile provocaron 584 y 245 muertes, respectivamente. Las personas mayores de 65 años son las principales afectadas.
El colapso provocado por el aumento de la temperatura
A diferencia de la insolación, que se produce por la exposición prolongada y directa al Sol, el golpe de calor puede darse incluso si no se está expuesto, solo por el aumento excesivo de la temperatura ambiental.
Entre sus síntomas están el dolor de cabeza, las náuseas y vómitos, además de la hipertermia, momento en que la temperatura corporal sube a niveles superiores a los normales y el sistema de termorregulación del cuerpo no puede funcionar correctamente.
“El cuerpo humano siempre está generando calor. Todo el día, aunque estamos sentados en el escritorio, estamos generando calor y normalmente tenemos mecanismos que nos permiten ir perdiéndolo. Lo que pasa con la enfermedad de calor es que todos estos mecanismos colapsan. Se genera la hipertermia, cuando la temperatura sube sobre los 40 grados; las proteínas y defensas empiezan a funcionar mal, y eso genera un colapso neurológico y cardiovascular que puede llevar a la muerte”, sostiene el urgenciólogo.
Deportistas, bebés y adultos mayores entre la población más expuesta
En general, la enfermedad se da en deportistas que entrenan a todo Sol en época de calor y en la población general con el aumento de la temperatura ambiental, principalmente en adultos mayores y lactantes.
“El deportista, en general, tiene mejor pronóstico, porque tiene buena reserva funcional”, señala Navea. Tienden a ser pacientes jóvenes y sanos, a los que además del Sol los afecta el calor provocado por el exceso de actividad física, ya que más del 50% de la energía gastada durante el ejercicio se transforma en calor, lo que sumado a la mala ingesta de líquidos, pueden provocar el shock. Habitualmente se consigue revertir enfriándolos rápidamente.
“El escenario que más nos preocupa es cuando tenemos altas temperaturas ambientales. El riesgo comienza los 32 º - 33 ºC, pero a partir de los 36 ºC empieza a subir de manera exponencial la posibilidad de generar enfermedad por calor. Cuando nos acercamos a temperaturas prolongadas entre 38 º y 40 ºC es cuando ya los servicios de urgencias deberían estar preparados para eventuales pacientes. En esos casos, los grupos de riesgo más importantes son los niños pequeños y los adultos mayores, porque su capacidad de tolerar o de adaptarse el calor está limitada”, indica el especialista.
Los niños muy pequeños, lactantes en general, tienen menor capacidad de disipar calor y no son capaces de regular su ingesta de líquidos, por lo que se deshidratan más fácilmente. Mientras los adultos mayores tienen un sistema cardiovascular que no les permite tolerar bien la deshidratación ni manejar la vasodilatación, que se genera cuando las arterias se dilatan para tratar de perder calor a través de la piel. “Sudan menos, que es un mecanismo de compensación, y muchas veces tienen enfermedades cardiovasculares de base, por lo que se descompensan. Además algunos toman medicamentos que disminuyen su capacidad de respuesta al calor. Eso no significa que deban suspender los medicamentos porque hace calor, porque eso sería peor”, subraya.
Consejos para evitar el golpe de calor
En días de ola de calor y, sobre todo, para quienes no tienen alternativa y deben exponerse en horas de altas temperaturas, es esencial tomar medidas:
- Además de no salir a las horas de máxima temperatura, también se recomienda evitar las aglomeraciones, ya que la temperatura sube mucho más en esas condiciones.
- Evitar exponerse o hacer deporte a las horas de máximo calor. “Prefiera la mañana y el atardecer, momentos en que la temperatura ambiental disminuye. Cuando planifique ejercicio físico intenso, aumente el consumo de líquido previo al ejercicio, así como una vez finalizado”, señala Daniella Cancino Jiménez, académica de la Facultad de Enfermería de la Universidad Andrés Bello.
- Mantener una buena hidratación. “Consumir líquidos, idealmente agua, aunque no sienta sed, bebiendo cantidades repartidas a lo largo del día. En adultos se sugiere un consumo alrededor de 2 litros por día”, recomienda la especialista de la U. Andrés Bello. También ayuda incorporar alimentos ricos en agua, como las frutas y verduras de la estación.
- Utilizar sombrillas, gorros u otros artículos que permitan mejorar la sombra.
- Usar ropa de algodón, de colores claros e idealmente de mangas largas, para evitar la exposición solar directa.
- No olvidar el bloqueador solar.
“Si aparecen síntomas como dolor de cabeza, náuseas, vómitos y, sobre todo, fiebre, es necesario consultar al servicio de urgencia más cercano”, indica el doctor Navea.
Fuentes y referencias de la noticia:
- Centro UC Políticas Públicas. Impacto de las olas de calor en la salud en Chile: evidencia y recomendaciones. 2024.