Reciclar, por supuesto; pero lo que urge es reducir el consumismo

En el Día Mundial del Reciclaje te invitamos a reciclar algunos paradigmas para una verdadera acción transformadora. ¿Por qué? Porque mientras el 50% de los bienes que se transen en el mercado mundial sean superfluos, no habrá economía circular que nos libere de las crisis de biodiversidad y contaminación. ¡Que se abra el debate!

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En medio de una crisis ecológica, debemos poner en práctica la Reducción. Si no es posible, pasar a la Reutilización y Reciclaje. ¿Por qué?

¿Es el reciclaje la solución ante la cuantiosa multiplicidad de residuos que produce la humanidad? No. Tal como lo lee, el reciclaje no es la solución, sino que parte de un esfuerzo que debe ser mucho mayor.

Sólo para aclarar conceptos, la definición de consumismo es la siguiente: “Tendencia al consumo excesivo e innecesario de bienes y productos”. Claramente no hablamos de los capitales y servicios ligados a nuestro bienestar como seres humanos.

“Debemos dejar de consumir cosas superfluas, las cuales representan un 50% de las transacciones mundiales. Si se simplifica la vida, dependes menos del mercado, y puedes ser más autónomo como ser humano. Esto significa decrecer en lo económico como lo concebimos hoy. Debemos vivir mejor con menos”, sostiene Manuel Baquedano, sociólogo y fundador del Instituto de Ecología Política.

Reducir, ese es el verbo que debemos conjugar y poner en práctica en una sociedad cuyos estratos socioeconómicos con mayor poder adquisitivo consumen más de lo que necesitan. Y, claro, los bienes no son inocuos en su producción, vida útil y una vez que son desechados.

Es lo que refleja, Niko Paech (61), economista alemán, en su libro “Se libérer du superflu” (Deshacerse de lo superfluo) al constatar que el consumo occidental desenfrenado se obtiene a costa de la devastación de los elementos y los servicios de la naturaleza.

“¿Y si despojarnos de lo superfluo también pudiera hacernos felices?” plantea para un decrecimiento económico planificado que cada vez gana más adeptos ante la crisis ecológica y de contaminación. ¡Interesante planteamiento que ya debiésemos estar discutiendo! Aquí, lo ponemos sobre la mesa.

Y suena más que lógico. En un planeta finito no se puede optar en un crecimiento económico ilimitado, aunque eso, por supuesto, abre otra serie de interrogantes que debemos comenzar a debatir con prontitud.

Despojarse de lo superfluo nos ayudaría a enfrentar la crisis ecológica y la contaminación mundial.

“Es tiempo de declarar emergencia climática y ecológica, de replantearnos nuestro estilo de vida por algo más sencillo. Debemos decrecer. Se terminó eso de subyugar a la naturaleza, porque ella sigue buscando un equilibrio y no sabemos si estamos considerados en eso”, argumenta Manuel Baquedano.

Las 3 R

Reducir es la gran R que debemos poner en práctica. Si no es posible, entonces, Reutilizar y, por supuesto, el Reciclar si las primeras fueron imposibles de llevar a cabo.

El reciclar se trata de transformar desechos en nuevos productos reduciendo de esta manera el consumo de materias primas y, además, bajando la cantidad de residuos.

En la naturaleza no existe la basura. Todo lo que hay en ella se reutiliza o se recicla. Pero vivimos en una sociedad de usar y tirar. Utilizamos algo una vez y pasa a ser basura que acaba en vertederos o en nuestros océanos, lagos y ríos. Y la energía que malgastamos contribuye a la contaminación del aire y al cambio climático”, sostiene Naciones Unidas.

Ese sistema lineal es el que debemos cambiar y exigir cambios para que las autoridades de cada zona faciliten los implementos que nos lo permitan, si es que deseamos extender nuestra vida sobre un planeta que ya no resiste más la contaminación (aire, suelo, océano) y de degradación de la biodiversidad.