Récords de temperaturas en todo el planeta ¿qué consecuencias tiene esta aceleración de la fiebre global?
Ninguna positiva. Disculpen la franqueza, amigos lectores. Aumento de las olas de calor extremas, lluvias torrenciales, pérdida de diversidad, aumento en el nivel del mar, migración, pobreza, y un largo etcétera, cuentan entre los impactos.
El calentamiento global acelera causando un desequilibrio en la biodiversidad inédito desde que el ser humano moderno habita la Tierra. La temperatura promedio del océano rompe récords días tras día, incluso, en épocas en que debiera enfriarse.
Y el aire no se queda atrás, tanto así, que por un año completo la media térmica superó el límite de seguridad establecido en 1,5 °C con respecto a la era preindustrial. El planeta está afiebrado y esa fiebre aumenta sin control, pese a que se conoce el tratamiento, pero quienes deben aplicarlo se niegan sistemáticamente a ello, siendo los responsables de este padecer.
Las emergencias: climática, pérdida de biodiversidad y contaminación nos dirigen hacia la sexta extinción masiva de especies. Un planeta que, de seguir así, será invivible en cuestión de décadas.
Consecuencias de esta fiebre
Entre los tantos efectos del calentamiento global está el cambio climático. En la medida que suben los registros del aire y del océano, cada ser vivo de este planeta ve como se modifica su entorno para mal.
Así, por ejemplo, en dónde siempre ha llovido ahora lloverá como nunca antes y en dónde las precipitaciones han sido escasas ahora lo serán aún más.
¿Qué podemos esperar ante este escenario?
Aumento de las temperaturas
Las olas de calor terrestres y marinas serán cada vez más recurrentes, extremas y prolongadas. Los días y las noches con temperaturas sofocantes ganan espacio en el calendario elevando las muertes de seres humanos, especialmente, de aquellos con padecimientos crónicos y mayor edad.
Incendios voraces
Con ambientes más secos, menos vegetación nativa y falta de agua aumentarán los incendios descontrolados. Los megaincendios de sexta generación acelerarán la pérdida de biodiversidad en un círculo vicioso imparable afectando, incluso, zonas pobladas.
Tormentas inmisericordes
Las tormentas destructivas serán más intensas y frecuentes en muchas regiones. A mayores temperaturas aumenta la disposición de humedad, lo cual potencia las precipitaciones torrenciales. El calentamiento del océano también afecta a la frecuencia y magnitud de las tormentas tropicales aumentando el aporte de los ríos atmosféricos.
Sequías extremas
Este escenario está modificando la disponibilidad de agua, al hacerla más escasa en más regiones de por sí secas. Las sequías provocan más tormentas de arena y polvo capaces de desplazar miles de millones de toneladas de arena de un continente a otro.
Los desiertos se expanden, la tierra cultivable se degrada y erosiona.
Aumenta nivel del océano
El océano absorbe casi toda la energía extra que genera por el calentamiento global, pero su capacidad no es infinita y está mostrando señales de saturación. Sólo en este sentido las consecuencias nefastas son casi innumerables.
A medida que se calienta el océano, su volumen aumenta porque el agua se expande. El deshielo de la criósfera contribuye a que se eleve el nivel del mar amenazando a las comunidades litorales e insulares.
Los gases de efecto invernadero acidifican sus aguas, lo que pone en riesgo la vida marina y da pie a que la retroalimentación mantenga su inercia.
Extinción de especies
Debido a la potencia del cambio climático exacerbado, se extinguen especies a un ritmo 1.000 veces mayor que en cualquier otra época de la que se tenga constancia. Un millón de especies están en riesgo de extinguirse en las próximas décadas.
Escasez de alimentos
Los cambios en el clima y el aumento de condiciones meteorológicas extremas son algunos de los motivos que provocan un alza en la desnutrición en las poblaciones más pobres.
Más riesgos para la salud
El cambio climático supone una mayor amenaza para la salud de la humanidad. Ya lo hace a través de la contaminación, las enfermedades, los fenómenos extremos, los desplazamientos forzados, las presiones en la salud mental, así como un aumento del hambre, la desnutrición y la pobreza.
Cada año, los factores medioambientales acaban con la vida de cerca de 13 millones de personas. Y así, podríamos llenar páginas con los efectos nefastos de este escenario. La fiebre aumenta sin control y, todo indica, que así continuará en un futuro lleno de incertidumbre.