Revelador estudio: desvío del estero Pintué secó la Laguna Aculeo
La investigación confirma que la desviación de los afluentes del espejo de agua, como el Pintué y Las Cabras, además del cambio de uso de suelo y la sobre explotación de la cuenca, son los principales factores del secamiento de la laguna.
En mayo de 2018 se declaró seca por completo la Laguna Aculeo en la comuna de Paine, zona sur de la Región Metropolitana. Así, y luego de miles de años de existencia, esta fuente de agua y vida se transformó en el ícono de la escasez hídrica en Chile.
Desde entonces se ha especulado mucho con respecto a los motivos que la llevaron a la extensión, es más, en 2019 un estudio realizado por la Universidad de Chile concluyó que la “desaparición del espejo de agua se explica, principalmente, porque las precipitaciones de la última década son aproximadamente un 38% menores que el promedio histórico, una cifra mucho mayor al aumento en el consumo de agua que ha crecido un 14% desde la década de los ‘90”, responsabilizando así, en gran medida, al cambio climático.
Una conclusión que contrasta con el estudio hecho por expertos de las universidades de Santiago, Talca, Arizona (Estados Unidos) y Unesco, y que fue revelado en los últimos días.
“Nuestros datos no concordaban con ese trabajo, de hecho, la falta de precipitaciones tiene una baja incidencia en el secamiento de la Laguna Aculeo. Con ese estudio, el Estado de Chile se sacaba responsabilidades. Eso nos motivó a realizar esta investigación para que quede claro, con evidencia indiscutible, que fue lo que pasó y por qué el Estado fue el principal responsable de este desastre”, afirma Pablo García Chevesich, uno de los hidrólogos que fue parte de la investigación.
“La laguna data de miles de años y, pese a que hubo episodios de sequías severas, nunca bajó su nivel significativamente. Por eso es difícil creer que esta megasequía puede ser la principal responsable”, afirma el experto.
¿Qué la secó? “El consumo de agua en la cuenca se incrementó tremendamente. El estero Pintué se desvió totalmente en 2010 y eso significó una pérdida hidrológica enorme. Además, el estero Las Cabras ya se había desviado antes, a mediados de los 90. La relación entre el caudal del estero Pintué y el nivel de la laguna era lineal antes de 2010, hasta que se desvió”, establece Pablo García.
“A partir de 2010 daba lo mismo cuanto llovía cada año, porque independientemente de eso el nivel de la laguna seguía bajando. Esta es la evidencia que aquí hubo mano humana. Además, la capacidad de extracción subterránea fue muy sesgada, es decir, se ha hecho una pésima gestión. Por ejemplo, en 2020, dos años después que se secara la laguna, se otorgaron un millón 500 mil metros cúbicos de derechos de aguas subterráneas en la cuenca de Aculeo. Esto demuestra que las autoridades no tenían ninguna discreción para evitar desastres como el que pasó”, sostiene el hidrólogo.
Todos los datos sobre la mesa
En la investigación participaron Rodrigo Valdés, Pablo García, Alberto Alaniz, Héctor Venegas, Juan Valdés y Roberto Pizarro. “Este es un estudio muy completo. Se revisó la historia del uso de suelo en la cuenca desde 1860. Se estudió la evolución del clima desde hace miles de años (paleoclimatología) y, principalmente, lo ocurrido durante el siglo pasado con la estación ubicada en Rangue que tiene datos desde 1913 y cómo otros eventos de sequía afectaron el nivel de la laguna”, sostiene García.
“Además se estudió el efecto micro climático que ejercía la laguna en el sector, se vio el consumo de agua de acuerdo con los cambios de uso de suelo, la otorgación de los derechos de agua y de sus efectos en el balance hídrico, la influencia del principal afluente de la laguna que era el estero Pintué, la recarga subterránea después de las lluvias, como el Estado ha estimado la capacidad de extracción en las napas subterráneas, evaporación, etc., y todos estos factores combinados también”, revela el hidrólogo en cuanto a la metodología del estudio.
“Por supuesto que es posible recuperar la laguna. Para ello se debería importar agua, porque el daño ya está hecho, como, por ejemplo, por desalación sustentable. El consumo de la cuenca es más de dos veces lo que le entra hidrológicamente, por lo que no se trata de recuperar la laguna para seguir derrochándola. Hay que prohibir el pasto en las parcelas de agrado, el riego de la agricultura y fruticultura debe ser más eficiente, contralar el cambio de uso de suelo, entre otras medidas.
“Sí, por ejemplo, el Lago Caburgua debido al desvío de uno de los ríos que lo abastecen en Pucón. Lo mismo que el Lago Peñuelas que se seca debido al alto consumo en la zona. Muy pocas veces el cambio climático es el responsable, detrás está el ser humano”.