Revela estudio que químicos de alimentos permanecen en el organismo por años
Las dietas ricas en alimentos como carne procesada y mantequilla podrían provocar un aumento en los niveles de las “sustancias químicas permanentes” tóxicas en el cuerpo.
El consumo exagerado de alimentos ultraprocesados, no sólo afecta el peso corporal, el metabolismo y la conducta, sino que impacta de manera negativa en las funciones del cerebro, de ahí la importancia de moderar su ingesta y, en contraparte, consumir alimentos no procesados o mínimamente procesados.
Según han documentado los investigadores y alumnos del Centro Universitario del Sur (CUSur), de la Universidad de Guadalajara (UdeG), en México, sus estudios han revelado cómo los alimentos ultraprocesados pueden afectar a nivel cerebral en las personas que los consumen.
Pero no solo en México se ha indagado al respecto, sobre el impacto de los alimentos en el organismo, ahora se ha publicado una nueva investigación revisada por pares que detalla cómo las dietas ricas en alimentos como carne procesada y mantequilla podrían estar provocando un aumento en los niveles de las “sustancias químicas permanentes” tóxicas en la sangre humana durante el tiempo.
Las “sustancias químicas permanentes” o conocidas también como “PFAS” se conocen más de 15 mil sustancias químicas fabricadas por el hombre según las definiciones de la OCDE de 2018.
Desde su introducción a finales en el siglo pasado, los PFAS se han utilizado en una gama cada vez más en diferentes productos de uso diario y de consumo, así como en varias aplicaciones industriales, que van desde el envasado de alimentos y empaquetado de ropa hasta componentes en electrónica o aviación y espumas contra incendios.
Los PFAS han sido utilizados por su capacidad para repeler tanto la grasa como el agua, así como por su alta estabilidad y resistencia a altas temperaturas.
¿Y qué encontraron?
El documento publicado documentó que una variedad de alimentos incluidos tés, carne de cerdo, dulces, bebidas deportivas, carne procesada, mantequilla, papas fritas y agua embotellada se encuentran entre los impulsores de niveles altos de estas sustancias PFAS.
Este hallazgo, así como el hecho por otros investigadores en el mundo detectan niveles más altos de PFAS en sangre entre quienes consumen más comida ultra procesada o comida rápida preparada en restaurantes.
Han logrado documentar efectos en el sistema nervioso, específicamente en el cerebro, donde se ven afectados los procesos cognitivos, sobre todo en el aprendizaje y la memoria.
El reciente estudio revisado por pares es de la Universidad del Sur de California y reitera que se necesitan más pruebas de estos alimentos que pueden contener niveles más altos de PFAS y hacer un seguimiento puntual sobre ellos.
A los PFAS los utilizan para fabricar productos resistentes al agua, las manchas y el calor y se les llama “químicos permanentes” porque no se descomponen naturalmente y también son relacionados con cáncer, problemas hepáticos, problemas de tiroides, defectos de nacimiento, enfermedades renales. , disminución de la inmunidad y otros problemas de salud graves.
Aunque la exposición a través del agua ha atraído la mayor atención regulatoria, existe consenso científico en que los alimentos contaminados representan en gran medida la mayor amenaza para la salud humana.
Algunas de las pruebas realizadas de contaminación fue a los envases de alimentos como burritos, fajitas, tacos, papas fritas y pizzas hechas en casa se asociaban con concentraciones más bajas de PFAS .
Pero aquellos que comieron los mismos platillos preparados en restaurantes generalmente mostraron mayores concentraciones de PFAS en la sangre.
Otro de los hallazgos fue que también se encontró que la mantequilla probablemente aumentaba los niveles de PFAS. Aunque el consumo de nueces se afecta con niveles más bajos de sustancias químicas en la sangre, la mantequilla de nueces mostró niveles más altos.