Satélites han sido clave para monitorear la erupción en La Palma
Las imágenes satelitales entregan información del comportamiento de los volcanes, como el caso de la erupción del volcán de La Palma en Canarias. La flota de satélites Copernicus Sentinel, ha proporcionado datos cruciales para su monitoreo. Más detalles, a continuación.
Desde el pasado 19 de septiembre, el volcán Cumbre Vieja comenzó su proceso eruptivo el cual a provocado grandes desastres como la destrucción y quema de casas, carreteras y cultivos en la parte occidental de la isla canaria de La Palma.
Han sido más tres semanas de actividad continua, donde incluso partes de la cara norte del cono del volcán se derrumbaron, lo que provocó el desbordamiento de la lava en diferentes direcciones. Además, el domingo 11 de octubre se detectaron 21 movimientos sísmicos, el mayor de ellos de 3,8 grados en la escala de Richter, según el Instituto Geográfico Nacional de España (IGN).
Llegó al mar la colada de lava de Cumbre Vieja.
La acumulación de ceniza y polvo en la pista de aterrizaje obligó a las autoridades de La Palma a cerrar el aeropuerto de la isla, según la autoridad aeroportuaria española AENA, esta es la segunda vez que se cierra el aeropuerto, debido a la acumulación de cenizas desde que comenzó la erupción.
Ante estas consecuencias los expertos de todo el mundo se han puesto en alerta y se dispusieron inmediatamente a investigar este fenómeno natural. Algunas de las técnicas más avanzadas que han utilizado para monitorear la actividad del volcán, han sido la utilización de drones y el registro constante de imágenes de satélite.
Y detengámonos en este ultimo instrumento. Las imágenes satelitales han permitido hacer un seguimiento de los ríos de lava y evaluar los daños. Estas importantes observaciones han estado a cargo de la flota de satélites Copernicus Sentinel.
Seguimiento del río de lava
El Instituto de Vulcanología de Canarias (Involcan) indicó que el manto de lava fluida, que registró temperaturas de hasta 1.240 °C, terminó por destruir las pocas edificaciones que quedaban en pie al norte del barrio de Todoque.
En respuesta a la erupción en curso, se activó el Servicio de Cartografía de Emergencia de Copérnico y desde ese momento se han emitido 17 seguimientos de la colada o manto de lava que ha afectado hasta hoy, a más de 600 hectáreas de terreno y ha destruido más de mil edificaciones.
Estos satélites en órbita son de vital importancia, ya que además de capturar imágenes, también llevan diferentes instrumentos que ofrecen una gran cantidad de información complementaria, para comprender mejor las erupciones volcánicas, por ejemplo, sensores atmosféricos que pueden identificar los gases y aerosoles liberados por la erupción, además de esto, hace posible cuantificar el impacto medioambiental provocado.
Seguimiento de los gases
El Copernicus Sentinel-5P puede monitorear el dióxido de azufre SO2, el aerosol y las cenizas emitidas por las erupciones volcánicas y seguir su movimiento a través de la atmósfera.
El director de la misión Copernicus Sentinel-5P de la ESA, Claus Zehner, se refiere a esto, argumentando: “ Esta erupción volcánica demuestra cómo los datos de Sentinel sirven de apoyo a diferentes servicios operativos de Copernicus. Las mediciones de SO2 de Sentinel-5P pueden ser utilizadas por el Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus para ayudar a las compañías de aviación a evitar encuentros con cenizas volcánicas y penachos de SO2".
Las concentraciones de SO2 se pueden monitorizar mediante el portal de mapeo Copernicus Sentinel-5P, en él se pueden encontrar las concentraciones diarias de dióxido de azufre provenientes principalmente de fuentes volcánicas, como el volcán Cumbre Vieja.