Sequía en Marruecos: imágenes de satélite revelan una drástica reducción de los embalses
Imágenes de satélite revelan que la segunda reserva de agua más grande de Marruecos, la represa de Al Massira, se está agotando a un ritmo sin precedentes. La situación es crítica y amenaza el suministro de agua para millones de personas y la agricultura del país.
Imágenes de satélitales de Copernicus Sentinel-2 revelan la crítica situación provocada por la sequía en Marruecos. La segunda reserva de agua del país, la represa de Al Massira, responsable del abastecimiento de grandes zonas urbanas y crucial para el riego agrícola, está registrando valores de sequía muy graves.
La sequía se agrava en Marruecos y las imágenes registran la evolución en Al Massira
Los datos son preocupantes e indican que Al Massira, situada entre Casablanca y Marrakech, contiene sólo el 3% del agua media que contenía hace nueve años. Seis años consecutivos de sequía, agravada por el cambio climático que provoca temperaturas récord y una mayor evaporación, amenazan el suministro de agua en todo el norte de África, golpeando duramente al sector agrícola y a la economía en general.
Las imágenes satelitales, captadas recientemente por sensores Sentinel, fueron capturadas en el mismo mes, en marzo, entre 2018 y 2024. Los mismos datos revelan una transformación drástica del paisaje, con áreas normalmente verdes tornándose áridas y de color “amarillento”.
"Las imágenes muestran claramente un cambio rápido en la superficie de la represa", afirma el profesor Brian Thomas, hidrogeólogo que analiza las imágenes de satélite para la NASA. "El aspecto del agua también ha cambiado, lo que indica cambios en el uso del suelo y en el caudal del río que alimenta la represa", añade.
Impactos de la sequía en la agricultura
El impacto de la sequía no se limita a la región cercana a Al Massira. La agricultura, que representa aproximadamente el 90% del consumo de agua en Marruecos (datos del Banco Mundial de 2020), se ha visto gravemente afectada.
Abdelmajid El Wardi, un agricultor de una zona cercana a Ain Aouda, cerca de la capital, Rabat, cultiva algodón y trigo, además de criar ovejas y cabras. Sin embargo, afirma que los ingresos agrícolas han sido escasos en los últimos años.
El granjero se vio obligado a vender ovejas y solicitar préstamos agrícolas para mantener a su familia. De hecho, las lluvias recientes trajeron un alivio temporal, pero insuficiente para compensar años consecutivos de sequía.
Además de en la agricultura, la escasez también afectó a los famosos hammams del país (baños de vapor y sauna públicos). Las autoridades decretaron el cierre de estos establecimientos durante tres días a la semana en las principales ciudades, como medida de ahorro de agua.
Para abordar estos problemas, el gobierno lanzó una campaña nacional para fomentar la conservación del agua. En enero, el rey Mohammed VI presidió una reunión sobre la situación del agua en el país. El ministro de Agua, Nizar Baraka, alertó de una reducción del 70% de las precipitaciones entre septiembre de 2023 y mediados de enero de este año, respecto a la media.
Para aliviar la situación, el país está invirtiendo en plantas desaladoras de agua de mar. Sin embargo, estas instalaciones requieren mucha energía y pueden liberar al mar agua salada concentrada y sustancias químicas tóxicas, lo que daña el medioambiente.
Las proyecciones a largo plazo indican que Marruecos tendrá que seguir adaptándose a sequías más frecuentes. En este camino, es importante reconocer que las sequías siempre han existido en Marruecos a lo largo de la historia, pero el cambio climático global está aumentando en frecuencia e intensidad, y esta tendencia continuará a lo largo de este siglo.