¿Será posible? Tendríamos un tercer año con La Niña
La más reciente actualización del pronóstico para el ENSO acaba de salir, y no llega con buenas noticias para Chile. La Niña podría quedarse por más tiempo de lo previsto.
La situación de las lluvias en nuestro país está siendo cada vez más crítica, y el último pronóstico emitido por el IRI (International Research Institute for Climate and Society de la Universidad de Columbia) en conjunto con el CPC (Climate Prediction Center de la NOAA) nos está jugando aún más en contra. Si para el invierno y primavera existía una batalla entre una condición Neutra de El Niño Oscilación del Sur (ENOS) y La Niña, parece ser que el resultado ha sido favorable hacia ella, algo que nos coloca en una situación muy compleja en lo que respecta a precipitaciones, de cara hacia la temporada invernal.
La escasez prolongada de lluvias que se vive en la zona central desde hace ya más de una década, podría sumar más un año, considerando la posibilidad creciente en el último periodo de que La Niña se mantenga presente durante el invierno del Hemisferio Sur. Y esto no es la guinda de la torta, ya que la probabilidad de su continuidad hacia el próximo verano ha aumentado considerablemente, cuando se compara la previsión anterior emitida por estos centros estadounidenses del clima.
Si bien las probabilidades son levemente superiores a 50% de que se mantenga La Niña durante la primavera 2022 y verano 2023, la baja en la probabilidad de una condición neutra durante el invierno favorecerá el déficit de lluvias en gran parte del país afectada por la megasequía.
Lluvias serán más probables en la Patagonia
De mantenerse esta condición La Niña como previsto por el IRI/CPC, las lluvias no serán en las cantidades necesarias para la zona central. Los efectos de la condición oceánica ecuatorial, de aguas más frías en los próximos meses, se reflejará en la atmósfera, donde, según el modelo climático CFSv2 de la NOAA, dejará lluvias abajo de lo normal en la zona central de Chile en lo que resta de otoño, durante el invierno y también a comienzos de primavera.
Por otro lado, con este bloqueo al avance de las precipitaciones hacia la zona central, la Patagonia se verá favorecida con el paso de los sistemas frontales, que incluso aportarán más precipitaciones, con relación a la climatología, en los próximos meses. La zona de Aysén y la parte norte de Magallanes pueden ser las que más reciban la acción de los frentes durante lo que queda da otoño y también durante el invierno.
Además del déficit de lluvias previsto para los valles de la zona central, la zona cordillerana también puede verse perjudicada con la baja frecuencia de sistemas frontales. Recordemos que muchos de los glaciares de la cordillera central han disminuido su volumen de forma importante, y de no caer suficiente nieve durante el próximo invierno, la situación del abastecimiento de aguas en primavera y verano puede comprometerse aún más, obligando no sólo a la capital a un escenario de racionamiento hídrico, sino que también extenderse a más ciudades de esa zona.