Una comunidad del sur de Florida tiene un problema que derrocha ternura: una invasión de conejos
Los residentes de un suburbio en las afueras de Fort Lauderdale, Florida, ya no saben qué hacer con sus nuevos vecinos: más de 100 conejos que se reproducen sin parar. Los vecinos buscan voluntarios para adoptar.
Ver las veredas, calles y jardines del barrio Wilton Manors repleto de hermosos conejitos saltarines no parece un gran problema, especialmente si los comparamos con los enormes carpinchos del Nordelta. Pero antes de que te des cuenta, los conejos llenan los patios de madrigueras, cortan el cableado dejando hogares sin luz, muerden todo lo que encuentran y revolucionan a los perros que ladran sin cesar.
El problema comenzó hace aproximadamente dos años, cuando un residente de la comunidad decidió mudarse del barrio abandonando a dos conejos que tenía de mascota. Los conejos, una hembra y un macho, eran de la especie cabeza de león: su gestación es de aproximadamente un mes y tienen de 4 a 9 crías por camada. No pasó mucho tiempo hasta que lograron poblar la isla.
A pesar de todo, los vecinos están preocupados por la seguridad de los conejos: "Están comiendo pasto al que la gente le aplica pesticidas, no hay ninguna fuente de agua para ellos, tal vez solo la lluvia", dijo la residente Mónica Mitchell. Ella, junto a otras personas, crearon un equipo de rescate: "El plan de la organización es castrar, vacunar y colocarles microchips, y realojar a varios de los conejos que fueron rescatados".
No son una amenaza
Luego de varias reuniones y debates sobre qué hacer con los conejos, el vecindario se puso de acuerdo para rescatarlos. Pero La Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de Florida, que responde a las especies no nativas, no encontró que esta especie sea una amenaza, por lo que Wilton Manors debía hacerse cargo de controlarlos.
En una primera estimación, calculan que los costos para capturar, castrar, vacunar, albergar y luego regalar las aproximadamente 60 a 100 cabezas de león ronda entre 20.000 y 40.000 dólares. Los planes para la eliminación de los conejos se convirtieron en tema de debate en los foros de la ciudad, y muchos vecinos se oponen a que los animalitos sean sacrificados.
“Lo central del caos es que ninguna organización de rescate local es lo suficientemente grande como para capturar y albergar a todos los conejos de la isla”, dijo Dylan Warfel, miembro de la junta directiva de Penny and Wild Smalls del sur de Florida, una organización de rescate de conejos y cobayas que comenzó esfuerzos para rescatar a los animales con la esperanza de que eventualmente llegue la financiación de la ciudad.
Especies invasoras
Las especies invasoras son plantas, animales, hongos y microorganismos que fueron introducidas en un área fuera de su distribución natural, ya sea de manera voluntaria o accidental. Una vez introducidas, estas especies pueden causar graves impactos sobre la biodiversidad, la salud, la economía y los valores culturales.
En Argentina, tenemos más de 700 especies exóticas, de las cuales al menos 130 se consideran invasoras. Entre las especies invasoras más comunes en nuestro país se encuentran:
- Castor (Castor canadensis): este roedor fue introducido en la Isla Grande de Tierra del Fuego en 1946 con fines comerciales. Desde entonces, se ha expandido rápidamente por toda la isla, causando daños a los ecosistemas acuáticos y forestales.
- Ardilla de vientre rojo (Callosciurus erythraeus): esta ardilla originaria de Asia fue introducida en Argentina en la década de 1990. Se ha adaptado rápidamente a los ambientes urbanos y periurbanos, donde compite con las especies nativas por el alimento y el hábitat.
- Estornino pinto (Sturnus vulgaris): este pájaro originario de Europa fue introducido en Argentina en la década de 1880. Es una especie muy adaptable que se alimenta de una amplia variedad de alimentos, lo que le ha permitido expandirse rápidamente por todo el país.
- Visón americano (Neovison vison): este mamífero carnívoro fue introducido en Argentina en la década de 1940 para la producción de pieles. Desde entonces, se ha convertido en una amenaza para la fauna nativa, ya que es un depredador voraz.
- Rana toro (Lithobates catesbeianus): esta rana originaria de Norteamérica fue introducida en Argentina en la década de 1920. Es una especie muy agresiva que compite con las especies nativas por el alimento y el hábitat.
Los impactos de las especies invasoras pueden ser muy graves. Pueden causar la extinción de especies nativas, alterar los ecosistemas, transmitir enfermedades y dañar la economía.