Volcanes e incendios forestales compensan casi el 25% del calentamiento global en ocho años
Los eventos que inyectan humo y gas en la parte superior de la atmósfera, como las erupciones volcánicas y los incendios forestales, ayudan a enfriar el planeta Tierra, pero no son una solución al calentamiento global, dice un estudio.
Entre 2014 y 2022, erupciones volcánicas explosivas e incendios forestales inyectaron aproximadamente 3,2 Tg (Teragramos) de dióxido de azufre y 0,8 Tg de aerosoles de humo en la estratosfera, alrededor del 30% a 40% de la masa inyectada de la erupción de Pinatubo de 1991 (Filipinas), compensando el efecto del calentamiento global en aproximadamente una quinta parte en este período de tiempo, revela un estudio dirigido por Pengfei Yu, de la Universidad de Jinan (China).
Destacan especialmente la erupción de Calbuco, en el sur de Chile, en 2015, y los incendios forestales australianos de 2019-2020, cuando se inyectaron a la atmósfera superior abundantes cantidades de humo y gas, que ayudaron a enfriar el planeta, absorbiendo el calor que sale de la Tierra y reflejando la luz del Sol hacia el espacio.
Dado que los aerosoles de dióxido de azufre y humo se inyectan en altitudes más altas y latitudes más bajas, la vida útil simulada de los aerosoles es un 50% más larga que la de las inyecciones volcánicas entre 2005 y 2013, por lo que se ha sugerido que los eventos de 2014 a 2022 desempeñan un papel en la pausa del calentamiento global.
Globos de gran altitud para modelar el impacto del enfriamiento
Yu, investigador principal, y sus colegas utilizaron datos recopilados por globos de gran altitud sobre la meseta tibetana y de los Estados Unidos para modelar el impacto de enfriamiento de las erupciones volcánicas estratosféricas (aquellas que inyectan cenizas en la atmósfera superior) y los incendios forestales.
Los resultados del estudio, publicado en la revista Geophysical Research Letters, muestran que estos eventos produjeron una cantidad de enfriamiento superior al promedio en los últimos años y resaltan las distintas propiedades ópticas entre el humo de los incendios forestales y los aerosoles de sulfato.
El modelo climático que utilizaron sugiere que el aerosol de humo genera un forzamiento radiativo efectivo un 60% más negativo que el aerosol de sulfato volcánico por unidad de cambio en la profundidad óptica del aerosol. A partir de aquí, el análisis de los investigadores los llevó a concluir que la tendencia de la temperatura superficial promedio global durante las dos décadas habría sido un 24% más alta sin las inyecciones estratosféricas.
Esto se debe, en parte, a que ha habido más eventos en latitudes bajas, donde el humo y el gas son transportados rápidamente por todo el mundo mediante vientos de alta intensidad y permanecen suspendidos por más tiempo que los eventos más cercanos a los polos de la Tierra.
Este efecto es temporal
Sin embargo, el estudio también mostró que el rápido aumento del calentamiento causado por los gases de efecto invernadero significa que el efecto de enfriamiento de los incendios forestales y las erupciones volcánicas está disminuyendo, por lo que no se puede contar con esto para compensar el calentamiento global en las próximas décadas.