Ante un clima cambiante, las plantas se adaptan: ¿cuáles son las consecuencias?

La naturaleza se adapta a los caprichos climáticos. Pero estas “adaptaciones” esconden profundas consecuencias ecológicas, entre la supervivencia local y los impactos globales. Hagamos un balance.

brote de planta en un poco de tierra, sostenido entre las manos de una persona
Las plantas y la adaptación al cambio climático: algunas prosperan, otras sufren.

El cambio climático es un fenómeno complejo y multifacético. Entre los actores más sensibles a estas mutaciones se encuentran las plantas, cuya supervivencia y crecimiento están directamente influenciados por las condiciones climáticas. Si bien algunas de ellas parecen prosperar en un clima alterado, otras se enfrentan a condiciones cada vez más difíciles.

Ingeniosas estrategias de adaptación

Cuando hablamos del impacto del cambio climático, a menudo pensamos en temperaturas cada vez más altas y fenómenos meteorológicos extremos. Sin embargo, no existe una respuesta uniforme en la naturaleza. Las plantas, como todos los seres vivos, reaccionan de manera diferente según su entorno y su resistencia a nuevas condiciones.

Un estudio dirigido por investigadores de la NASA, publicado en la revista Nature, demuestra que la variabilidad de las precipitaciones, y no sólo su cantidad, tiene un papel clave en la salud de las plantas. De hecho, más allá de los simples volúmenes de lluvia, la forma en que cae el agua tiene un profundo impacto en la vegetación.

Tomemos, por ejemplo, el suroeste de Estados Unidos, donde las precipitaciones, antes distribuidas uniformemente, ahora caen a borbotones, en forma de violentas tormentas. Paradójicamente, estas intensas lluvias benefician a determinadas plantas del desierto, que ahora están mejor adaptadas a estas condiciones.

Pero en otros lugares, como en Centroamérica o Indonesia, las plantas acostumbradas a climas constantes luchan por adaptarse a las alternancias entre sequía y lluvias violentas. Esta alternancia impredecible entre sequía y humedad provoca sufrimiento a las plantas, debilitando así el ecosistema local.

Recuerde esta cifra: ¡42%!

Un análisis en profundidad realizado a nivel mundial entre 2000 y 2023 ha proporcionado una mejor comprensión de cómo estos cambios afectan a la vegetación. Gracias a los satélites, los investigadores pudieron observar las variaciones de las precipitaciones y de la salud de las plantas, en particular utilizando la herramienta IMERG.

Resultado: casi el 42% de las plantas del mundo son sensibles a la variabilidad de las precipitaciones, y no sólo a su cantidad. Es decir, una parte considerable de la vegetación mundial responde a la frecuencia e intensidad de las precipitaciones, factores que modulan su crecimiento y su capacidad de captar dióxido de carbono (CO2).

plantas creciendo en un suelo son déficit hídrico
La menor regularidad en las precipitaciones afecta el ciclo biológico de las plantas.

El estudio destacó áreas donde las precipitaciones están aumentando, particularmente alrededor del ecuador, y áreas donde está disminuyendo. Esto demuestra que, aunque en algunas regiones llueve más que antes, todo el planeta se enfrenta a un fenómeno de precipitaciones menos regulares, lo que altera los ciclos biológicos de las plantas.

Clima y vegetación: un círculo vicioso...

Las plantas no son sólo víctimas del cambio climático; también son actrices. Su capacidad para absorber CO2 juega un papel crucial en la regulación del clima. Cuando las plantas están sanas, actúan como sumideros de carbono, capturando gran parte del dióxido de carbono de la atmósfera.

Pero cuando se debilitan, su capacidad para absorber estos gases de efecto invernadero (GEI) disminuye, contribuyendo así a la aceleración del calentamiento global. Este círculo vicioso es preocupante: las plantas en dificultades provocan un clima aún más cálido, lo que las debilita aún más.

El calentamiento global también conlleva cambios en la distribución de las plantas, modificando así los ecosistemas locales y sus servicios: regulación hídrica, producción de oxígeno, biodiversidad, entre otros. Las plantas que logran adaptarse a estas nuevas condiciones suelen ser aquellas que ya eran resilientes a condiciones extremas. Pero estas adaptaciones no están exentas de consecuencias para el equilibrio ecológico general.

¿Cuáles son las consecuencias a largo plazo?

Las consecuencias de estos cambios son múltiples y complejas. A corto plazo, algunos ecosistemas podrían parecer estabilizarse, con una vegetación más resistente a la sequía o a las fuertes lluvias.

Sin embargo, a largo plazo, estos trastornos corren el riesgo de modificar profundamente la biodiversidad, porque las plantas adaptadas a un entorno más estable podrían ser reemplazadas por otras especies, mejor preparadas para vivir en un clima más extremo.

Fuentes y referencias de la noticia

- Feldman, A.F., Konings, A.G., Gentine, P. et al. Large global-scale vegetation sensitivity to daily rainfall variability. Nature 636, 380–384 (2024).