Arcoíris están aumentando en el planeta: ¿buena o mala señal para el clima?

Muchas culturas ven al arcoíris como una señal de peligro en lugar de esperanza, y un estudio reciente se alinea a esta visión: sus resultados indican los cambios del clima que aumentan su número pueden ser pésimos para el planeta.

arcoíris duplo
Un estudio muestra que el cambio climático favorecerá la formación de arcoíris en el futuro. Sin embargo, estas condiciones pueden ser pésimas para el planeta.

Avistar un arcoíris es un momento mágico, donde somos capaces de contemplar el poder y la belleza de la naturaleza. Pero, ¿será que cielos más coloridos son, en realidad, algo bueno para nosotros? Esta pregunta motivó a un grupo de investigadores a tratar de entender mejor el fenómeno.

Hasta hace poco tiempo atrás, los cientistas no tenían idea de cómo el cambio climático afectaría la formación de arcoíris. Ahora, finalmente, eso cambió, con la publicación de un estudio liderado por Kimberly Carlson, profesora de ciencias ambientales en la Universidad de Nueva York.

¿Cómo se forma un arcoíris?

Primero que todo, necesitamos entender porqué los arcoíris se forman. Algunos ingredientes nos necesarios para que podamos ver este fenómeno:

  1. Primero, necesitamos gotas de lluvia;
  2. Luego, se necesita de luz solar directa;
  3. Y por último, la luz necesita incidir en ángulos menores a 42 grados, lo que generalmente sucede al comienzo de la mañana o hacia el fin de tarde.

El equipo de científicos descubrió que era posible buscar estas condiciones precisas en los modelos climáticos, comparándolas con observaciones reales de arcoíris. Así sería posible confirmar si los modelos serían capaces de prever el fenómeno con precisión. Los resultados fueron positivos.

Así, el estudio utilizó modelos matemáticos computacionales para simular condiciones futuras propicias para la formación de arcoíris. Cuando el equipo alcanzó el 2100, descubrió que el planeta tendrá más chances de que se originen arcoíris.

El aumento sería realmente significativo, no obstante, estará concentrado en lugares específicos. En Rusia, Canadá y Alaska, así como en lugares extremamente elevados, como el Himalaya, podrían tener hasta 50 días o más por año con la presencia de arcoíris.

arcoíris
Parte del proceso implicó en búsquedas por internet atrás de fotografías de arcoíris, comparando fechas y lugares con los resultados del modelo climático.

Estos patrones, sin embargo, pueden ser pésimos para el planeta. El aumento en el Ártico, por ejemplo, se deberá porque la precipitación nival dará lugar a precipitaciones líquidas, producto del aumento de las temperaturas.

Los modelos también indican que la Amazonia, actualmente rica en arcoíris, será golpeada por sequías más frecuentes, lo que disminuirá la ocurrencia del fenómeno. Algo parecido ocurrirá en el Mediterráneo y en el sur de África, sectores que se volverán más secos en el futuro.

Técnicamente hablando, se espera que las nubes se hagan menos comunes en esos lugares con el pasar de los años. Y dado que las nubes ayudan a enfriar el planeta —reflejando la radiación solar de vuelta hacia el espacio— este resultado podría amplificar aún más el aumento global de las temperaturas.

Muchas culturas asocian los arcoíris a señales de peligro, ya que generalmente están asociados a condiciones meteorológicas extremas, como tempestades intercaladas con periodos de Sol.

En este sentido, una mayor ocurrencia de arcoíris en el planeta puede ser visto como un señal de peligro y no como algo positivo. De hecho, es así como los arcoíris son vistos por algunas culturas alrededor del mundo, ya que generalmente están asociados a condiciones meteorológicas extremas, como tempestades intercaladas con periodos de cielos despejados.

Sea como sea, cada pequeño paso en la investigación meteorológica hace énfasis en el cuidado que debemos otorgar a nuestro planeta. Iniciativas para frenar el daño climático no pueden ser más evitadas. Es necesario actuar.