Astrónomas chilenas encuentran evidencia del origen planetario
¿Cómo se forman los planetas? Hasta el día de hoy, los científicos se lo cuestionan. Pese a la duda, un estudio liderado por astrónomas chilenas hace referencia a la inestabilidad gravitacional del disco de polvo y gas en torno a la estrella Elías 2-27 como mecanismo que impulsa esta creación.
ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array, por sus siglas en inglés), el radiotelescopio emplazado en el desierto de Atacama, permite avanzar en el estudio del origen planetario. Las imágenes obtenidas del disco protoplanetario en torno a la estrella Elías 2-27 dan indicios de la formación de planetas gigantes a partir de las inestabilidades gravitacionales que ocurren por su masividad.
Para la formación de un planeta es necesario que transcurran millones de años: en efecto, es posible determinar en el estudio los inicios de un proceso de formación de un sistema planetario alrededor de la estrella joven Elías. El apoyo visual fue clave en esta investigación liderada por Teresa Paneque y Laura Pérez, astrónomas de la Universidad de Chile.
El pasado jueves (17), el estudio se publicó en la revista The Astrophysical Journal, y además de contar con la colaboración de ALMA, el Observatorio Europeo Austral (ESO), el Instituto Max Planck de Astronomía y varios centros de estudio, fueron de gran aporte.
Teresa Paneque, la autora principal, explica que la particularidad consiste en que la distribución del material del sistema estudiado tiene dos espirales bien definidas, detectadas por ALMA. Estas confirman que uno de los procesos posibles de formación de planetas gigantes de gas es la inestabilidad gravitacional. Además, puede que aún esté cayendo material particulado en el disco, dada la observación de entradas asimétricas de gas.
Hasta el momento se tienen pocas evidencias: lo que se observó alrededor de Elías 2-27 es un fenómeno inusual. Se abren las puertas a la exploración profunda del espacio para descubrir más sobre el nacimiento de los planetas gaseosos.
¿Qué hace único al ALMA?
Es uno de los radiotelescopios más grandes de la Tierra y está ubicado en el llano de Chajnantor del desierto de Atacama, en la región de Antofagasta. ALMA tiene sus 66 antenas de alta precisión emplazadas en uno de los sitios de observación más privilegiados del mundo, a unos 5.000 m.s.n.m. Este observatorio del espacio profundo se crea para detectar la luz emitida en longitudes de onda milimétrica y submilimétrica por nubes frías y galaxias tempranas del universo.
¿Para qué sirven estas señales de luz? Los astrónomos las emplean para estudiar las condiciones químicas y físicas de estas nubes moleculares, que no son más que las regiones de gas y polvo donde nacen las estrellas. Precisamente, el estudio en cuestión se origina por la detección con ALMA de espirales en el disco protoplanetario de la estrella Elías 2-27, cuya morfología fue descubierta en 2016. Paneque seguirá profundizando en su doctorado para comprender mejor cuáles son los "ingredientes" para la formación de planetas.