Aumento extremo de la temperatura en una base antártica enciende luces de alarma ante una posible catástrofe climática
La base antártica Concordia registró un calentamiento con máximas casi 40 ºC por encima de sus valores medios. Ahora la comunidad científica alerta que algo está cambiando en el clima de la Antártica.
Imaginemos un día de inicio de otoño en Buenos Aires con un calor tan agobiante como para que la máxima esté más de 35 ºC por encima del promedio para esa época del año. Sería algo como un día con una máxima en alrededor de los 50 ºC. Un escenario de ruptura y totalmente impensado. Pero este escenario que parece de locura, ocurrió en marzo de 2022 en una base antártica, exactamente el 18 de marzo de ese año.
Ese día, los científicos que trabajan en la estación de investigación Concordia, situada en la meseta oriental de la Antártida, documentaron un acontecimiento extraordinario. Tal como relata The Guardian, registraron el mayor salto de temperatura jamás medido en un centro meteorológico de la Tierra. Según sus instrumentos, la región experimentó ese día un aumento de 38,5 ºC por encima de su media estacional: un récord mundial por escándalo.
Este sorprendente salto, en el lugar más frío del planeta, dejó a los investigadores polares sin palabras para describirlo. "Es sencillamente alucinante", afirmó el profesor Michael Meredith, director científico del British Antarctic Survey. "En temperaturas bajo cero, un salto tan grande es tolerable, pero si ahora en el Reino Unido se produjera un aumento de 40 ºC, las temperaturas de un día de primavera superarían los 50 ºC, lo que sería mortal para la población". Las temperaturas que unos pocos días antes rondaban los esperables -50 ºC, subieron tanto como hasta máximas de -12 ºC, que también se extendieron al 19 de marzo de 2022.
Cambio en el patrón de vientos
El asombro por lo acontecido esos días de marzo de 2022 aún hoy es materia de análisis, pero también de preocupación. Aunque no con esa magnitud, episodios de calentamientos súbitos han vuelto a ocurrir, algo que no se observaba de esta forma en el pasado. El glaciólogo Prof. Martin Siegert, de la Universidad de Exeter confió a The Guardian que "nadie en nuestra comunidad pensó que algo así pudiera suceder. Es extraordinario y realmente preocupante. Ahora tenemos que lidiar con algo que no tiene precedentes".
La explicación a estos eventos parece estar asociada a un progresivo cambio en el patrón de vientos. Según los científicos, los vientos del norte hacia el polo, que antes apenas penetraban en la atmósfera de la Antártida, transportan cada vez más aire cálido y húmedo de latitudes más bajas, incluida Australia, hacia el interior del continente, y se les atribuye la dramática "ola de calor" polar que afectó a la base Concordia.
Sin embargo, aún no está claro por qué estas corrientes son capaces de penetrar tan profundamente en el espacio aéreo del continente. Pero como indicamos, estos eventos ya no son hechos aislados, algo que los científicos ya han descubierto y comenzado a medir. Desde hace dos años, reciben cada vez más informes sobre anomalías meteorológicas inquietantes en el continente antártico.
Un nuevo régimen climático
Los glaciares que bordean la capa de hielo de la Antártida occidental están perdiendo masa hacia el océano a un ritmo cada vez mayor, mientras que los niveles de hielo marino, que flotan en los océanos que rodean el continente, se han desplomado drásticamente, tras haber permanecido estables durante más de un siglo. Estos sucesos han hecho temer que la Antártida, que se creía demasiado fría para sufrir los primeros efectos del calentamiento global, esté sucumbiendo dramática y rápidamente a los crecientes niveles de gases de efecto invernadero que el ser humano sigue bombeando a la atmósfera.
Un equipo de científicos dirigido por Will Hobbs, de la Universidad de Tasmania, puso de manifiesto estos peligros en un artículo publicado la semana pasada en la revista Journal of Climate. Tras examinar los recientes cambios en la cobertura de hielo marino en la Antártida, el grupo llegó a la conclusión de que se había producido una "transición crítica abrupta" en el clima del continente que podría tener repercusiones tanto para los ecosistemas antárticos locales como para el sistema climático mundial.
En declaraciones a The Guardian, Hobbs indicó que "los mínimos extremos en el hielo marino antártico han llevado a los investigadores a sugerir que se está produciendo un cambio de régimen en el Océano Antártico, y hemos encontrado múltiples líneas de evidencia que apoyan dicho cambio hacia un nuevo estado del hielo marino". A ello Meredith agregó que "en realidad, la cobertura de hielo marino antártico aumentó ligeramente a finales del siglo XX y principios del XXI. Sin embargo, a mediados de la última década cayó por un precipicio. Es un presagio del nuevo terreno con el sistema climático antártico, y eso podría ser muy preocupante para la región y para el resto del planeta".