Bajas segregadas: las protagonistas de la primavera
Cerca de 8 bajas segregadas cruzan desde el Océano Pacífico hacia Chile en primavera. Mientras la mayoría de las bajas segregadas pasan casi desapercibidas, otras pueden producir situaciones catastróficas. ¿Cuáles son los ingredientes para el desastre?
Primavera, una temporada en donde lentamente dejamos atrás el frío, las lluvias y los días nublados, dando paso lentamente al calor y los días más despejados.
Pero existe un fenómeno meteorológico que nos puede hacer sentir que volvemos al invierno en un abrir y cerrar de ojos. Este fenómeno tiene diferentes nombres en el mundo: baja segregada, gota fría, núcleo frío en altura y - en inglés - cut-off low.
Las bajas segregadas pueden traer consigo chubascos, nubes y tormentas. Sin embargo, muchas veces, las bajas pasan sin pena ni gloria sobre nuestras cabezas, casi sin ser percibidas.
¡Que decir de su pronóstico! Las bajas segregadas y sus efectos en las variables meteorológicas son muy complejas de pronosticar. Los meteorólogos suelen tener muy difícil el saber donde se producirán los efectos de dichas bajas.
Por esto mismo, es importante saber dónde se forman y cuando son más frecuentes en nuestro país. Nuestra historia reciente nos demuestra, además, que pueden ser muy peligrosas.
Dónde, cuándo y cómo
En nuestro país, las bajas segregadas ocurren todo el año, pero alcanzan un peak en la época invernal y especialmente primavera.
Tal como se ve en la figura, las bajas segregadas tienden a formarse a lo largo de todo el Hemisferio Sur en una banda latitudinal aproximada entre 20 y 50ºS. Sin embargo, existen dos zonas donde las bajas en altura son más frecuentes: alrededor de Nueva Zelanda y en Chile.
En estas zonas (marcadas con rojo en la figura), se presentan más de ocho bajas segregadas tan solo en primavera. Algo así como una baja segregada cada una semana y media. Es por esto que en primavera hay que ponerle especial atención a estos fenómenos.
Otra característica de las bajas segregadas, que nos afectan en primavera, es que tienden a durar entre dos y tres días. En casos raros, estas pueden durar poco más de diez días.
¿Quieres saber dónde está la acción?
Cuando una baja segregada se forma, sus efectos son muy variados. Pero una de las características más comunes es que se formen tormentas eléctricas. ¿Por qué?
Tal como lo muestra la figura obtenida de los colegas de Meteochile Blog, una baja segregada tiene dos regiones muy marcadas. Detrás de la baja presión en altura, el aire desciende, inhibiendo la formación de nubes y predominando la estabilidad.
Pero lo más interesante sucede delante de la baja. Aquí, hay movimientos ascendentes que provocan la formación de nubes. En muchas ocasiones, las bajas segregadas generan tormentas eléctricas.
Ahora bien, para que haya tormentas es necesario que se presente suficiente inestabilidad y también suficiente humedad. Algunas bajas segregadas no tienen ninguno de los factores, por lo que prácticamente pasan desapercibidas.
Por el contrario, una baja con mucha humedad genera mucha precipitación. Estudios han demostrado que si las bajas segregadas son capaces de arrastrar humedad, la situación puede llegar a volverse catastrófica.
25M: el Aluvión de Atacama
El 25 de marzo de 2015 (el 25M) quedó grabado para siempre en la historia de Atacama por los graves aluviones que se registraron luego de torrenciales lluvias a lo largo del desierto.
El responsable fue una baja segregada formada desde el 23 de marzo y que se posicionó frente a la costa del norte del país (ver las líneas blancas en forma de círculos cerrados en la figura). La característica principal de dicha baja segregada es que fue capaz de arrastrar humedad desde la costa de Perú, hacia nuestro país.
Como ya habíamos mencionado, en la parte delantera de la baja el aire es elevado y forma tormentas de gran intensidad. La cordillera de Los Andes también juega un rol, al forzar el ascenso del aire y producir lluvias aún más intensas.
Un tercer factor se combinó para gatillar el desastre. No solo hubo arrastre de humedad que luego se transformó en lluvias y tormentas. La baja segregada estuvo asociada a altas temperaturas, que generaron lluvias en las partes altas de Los Andes.
De esa forma, zonas usualmente acostumbradas a la nieve, recibieron agua líquida, que luego escurrió y fue canalizada por el río Copiapó y Salado, destruyendo todo a su paso.
La destrucción fue tal que 31 personas fallecieron, 41 continúan desaparecidas y las pérdidas fueron millonarias. Este es un caso extremo, pero muestra la enorme fuerza y poder de las bajas segregadas.