Burbujas espaciales: ¿un camino para mitigar el calentamiento global?
Son constantes los esfuerzos hechos por la ciencia para revertir el cambio climático. Uno de ellos se enfoca en la geoingeniería. En este caso, científicos del MIT proponen “burbujas espaciales”. ¿En qué consiste este proyecto? Descubre si realmente sería una solución viable.
Si continuamos en un escenario de altas emisiones de gases contaminantes, el futuro climático podría complicarse. Con esta visión, académicos del Massachusetts Institute of Technology (MIT) han realizado una propuesta de geoingeniería solar basada en bloquear un porcentaje de la luz solar con la intención de disminuir el calentamiento global.
La idea se centra en emplear una tecnología limpia para reflejar el 1,8 por ciento de la radiación solar antes de su incidencia en la Tierra. Se trata de “burbujas espaciales”, que serían construidas con películas delgadas y transparentes, de material conocido como silicona fundida, y colocadas en el Punto de Lagrange L1 entre el Sol y la Tierra.
“Space Bubbles” es un proyecto elaborado por expertos del laboratorio Senseable Cities del MIT que busca ofrecer una solución para mitigar el cambio climático. Pero, ¿sería este el mejor camino para lograr el objetivo?
Esta solución innovadora es fácilmente desplegable y completamente reversible, anuncian los investigadores a cargo. Su estructura de película delgada ha sido probada en laboratorios del MIT bajo condiciones del espacio exterior: podría ser una de las más eficientes para desviar la radiación solar.
Geoingeniería: mirando al futuro
La geoingeniería o ingeniería climática consiste en la manipulación del medio ambiente terrestre a gran escala, con el objetivo de enfriar el planeta o reducir los niveles de dióxido de carbono presentes en la atmósfera. Se trata de mitigar, a toda costa, los efectos del cambio climático. Lo primero a tener en cuenta es que representa un alto riesgo en la naturaleza: alterar el sistema terrestre implicaría un desbalance en todos sus componentes.
Algunas de las propuestas son el mejoramiento del albedo, los aerosoles estratosféricos, la fertilización oceánica y el biocarbón. Por ejemplo, el primero consiste en aumentar la capacidad reflectante de las nubes o de la superficie terrestre para devolver al espacio la radiación entrante con mayor eficiencia.
"Tapar el Sol con un dedo"
A pesar de que suena tentador este proyecto, no debemos desviarnos del objetivo más importante: reducir las emisiones actuales para no llegar a un punto de no retorno. Si bien la geoingeniería es una alternativa para hacer frente al cambio climático, no puede ser la única solución. Los acuerdos tomados en Conferencias de las Partes (COP) aún siguen sin tener grandes efectos: continúa la tendencia al crecimiento de niveles de gases de efecto invernadero, lo que se traduce en mayor calentamiento global. Entonces, ya no se puede “tapar el Sol con un dedo”: se requiere acción, y el último reporte del IPCC lo deja en claro.