Ciclones árticos de primavera se fortalecerán producto del cambio climático
Durante las últimas décadas el Ártico ha presentado un calentamiento acelerado provocando un aumento de deshielo marino, un estudio prevé que esto aumente, dejando al Ártico sin hielo para fines de siglo.
Científicos de la NASA han presentado un nuevo estudio donde prevén que los ciclones árticos, que se desarrollan en primavera, se intensificarán para fines de este siglo debido al rápido aumento de las temperaturas.
Estas condiciones propiciarán la formación de tormentas mucho más intensas, las cuales conducirán aire más cálido y húmedo al Ártico, propiciando un aceleramiento del deshielo marino.
“Los ciclones serán mucho más fuertes en términos de presión, velocidad del viento y precipitación. Inicialmente, las tormentas arrojarán más nevadas, pero a medida que la temperatura del aire continúe aumentando y superemos las temperaturas bajo cero, las tormentas arrojarán lluvia, lo que es un gran cambio para la capa de hielo marino”. señala Chelsea Parker científica de la Universidad de Maryland y del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la Nasa.
Efectos de los ciclones árticos
“Las tormentas más intensas serán un peligro para las actividades de transporte marítimo, la perforación y extracción de petróleo y gas, la pesca y los ecosistemas y la biodiversidad del Ártico; ahí es donde el pronóstico del tiempo marítimo es importante, pero aún desafiante y difícil”, agregó Parker.
Explica que son factores muy opuestos, pero interesantes, ya que a medida que el hielo marino se retira, se abre más área para que se lleven a cabo estas actividades, pero también podría hacer que el clima se torne más peligroso.
La presencia de ciclones árticos puede acelerar el derretimiento del hielo. La fuerte intensidad del viento que los acompaña pueden romper o remecer el hielo y arrastrarlo hacia aguas más cálidas y dependiendo de su ubicación y si existe más o menos temperatura, podrían hacer que el hielo se derrita o congele más rápidamente.
Método y resultados del estudio
Los científicos de este estudio analizaron simulaciones realizadas en computadoras de nueve ciclones que azotaron el Ártico durante la última década. Dentro de sus resultados notaron que el calentamiento y el deshielo marino no parecen haber tenido un efecto notable en el comportamiento de las tormentas que ocurren en primavera.
Entonces, para comprender cuál sería su comportamiento a futuro, implementaron simulaciones en un Ártico con temperaturas mucho más cálidas y menos cubierta de hielo marino utilizando modelos acoplados.
Chelsea Parker comentó que: “Cuando agregamos el cambio climático proyectado para el futuro a la simulación, vimos una respuesta realmente grande de los ciclones”. Se descubrió que para fines de siglo, el viento podría aumentar su velocidad en los ciclones que se formen alcanzando los 61 km/h, según las características de la tormenta y las condiciones atmosféricas de la región.
Además, la intensidad máxima de tales tormentas podría ser hasta un 30% más extensa, y es probable que aumenten las precipitaciones líquidas. De este modo, si los ciclones comienzan a traer lluvias en primavera, el hielo marino puede comenzar a derretirse antes, y menos resistirá a la temporada de derretimiento del verano.
Todos estos cambios harán que el océano proporcione más energía a la atmósfera provocando mayor convección, lo que trae consigo una permanencia e intensificación de las tormentas. Igual que los huracanes en otras latitudes, los ciclones árticos usan esta energía como combustible para su formación y fortalecimiento.
Para concluir, las tormentas que se prevén para las próximas décadas podrían viajar más al norte y llegar a zonas del Ártico que normalmente no se ven afectadas y donde el cambio climático podría aumentar los riesgos para los ecosistemas, las comunidades y las actividades socioeconómicas del Ártico.