Científicos de la Nasa señalan que la humanidad está cambiando el ciclo global del agua
Los cambios antropogénicos están transformando el ciclo del agua, según estudio basado en casi dos décadas de observaciones satelitales. Impactos en ecosistemas y gestión hídrica alertan sobre la necesidad de planificar el futuro del recurso vital de nuestro planeta.
El ciclo del agua es un proceso fundamental para la vida en la Tierra. Permite que el agua circule constantemente entre la atmósfera, los océanos, la superficie terrestre y los seres vivos, asegurando el equilibrio hídrico del planeta.
A través de la evaporación, el agua de los océanos, ríos y lagos se convierte en vapor de agua, que luego se condensa en nubes y regresa a la superficie en forma de precipitación. En forma sólida alimenta glaciares y mantos de hielo, y como líquido puede infiltrarse en el suelo, alimentar acuíferos subterráneos, fluir hacia ríos y mares, o ser utilizada por plantas y animales, reiniciando así el ciclo.
Sin embargo, este proceso, que durante milenios ha mantenido un delicado equilibrio, enfrenta hoy nuevas presiones. Un planeta con una temperatura en aumento, además de otras actividades humanas, como la deforestación y la urbanización, están alterando el ciclo hidrológico de manera profunda, como señala un nuevo estudio que utilizó casi 20 años de observaciones.
Intervención humana tiene más impacto que el esperado
El equipo de científicos de la Nasa demostró que el ciclo global del agua está cambiando de maneras sin precedentes. La mayoría de esos cambios están impulsados por actividades como la agricultura y podrían tener impactos en los ecosistemas y la gestión del agua, especialmente en ciertas regiones.
“Hemos establecido mediante la asimilación de datos que la intervención humana en el ciclo global del agua es más significativa de lo que pensábamos”, señaló Sujay Kumar, científico investigador del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la Nasa, y coautor del estudio, en un comunicado.
Los cambios tienen implicaciones para la población mundial, sostienen. El problema, sostuvo Wanshu Nie, científico investigador de la NASA Goddard y autor principal del artículo, es que las prácticas de gestión del agua, como el diseño de infraestructuras para inundaciones o el desarrollo de indicadores de sequía para sistemas de alerta temprana, a menudo se basan en suposiciones de que el ciclo del agua fluctúa solo dentro de un cierto rango, y eso puede que ya no sea así en algunas regiones.
“Esperamos que esta investigación sirva como guía para mejorar la forma en que evaluamos la variabilidad de los recursos hídricos y planificamos la gestión sostenible de los mismos, especialmente en las zonas donde estos cambios son más significativos”, indicó.
Datos para planificar el futuro
Los investigadores se centraron en tres tipos diferentes de cambios en el ciclo: una tendencia, un cambio en la estacionalidad, y un cambio en eventos extremos. Y analizaron datos de teledetección de 2003 a 2020 de varias fuentes satelitales diferentes de la Nasa (como el satélite de la misión Global Precipitation Measurement, para datos de precipitación; un conjunto de datos de humedad del suelo de la Iniciativa sobre el Cambio Climático de la Agencia Espacial Europea, y los satélites Gravity Recovery y Climate Experiment, para datos de almacenamiento de agua terrestre) y productos del instrumento satelital Moderate Resolution Imaging Spectroradiometer, para proporcionar información sobre la salud de la vegetación.
Los resultados sugieren que los modelos del sistema terrestre utilizados para simular el futuro ciclo global del agua deberían evolucionar para integrar los efectos actuales de las actividades humanas. Con más datos y modelos mejorados, los productores y los administradores de recursos hídricos podrían comprender y planificar eficazmente cómo será la “nueva normalidad” de la situación hídrica local, afirmó Nie.
Cambios en todo el mundo
Un ejemplo de los impactos humanos en el ciclo del agua se da en el norte de China, que vive una sequía continua, pero donde la vegetación sigue prosperando en algunas zonas, porque los productores están extrayendo más agua de las reservas de agua subterránea. Esas intervenciones suelen tener efectos complejos en otras variables del ciclo del agua, como la evapotranspiración y la escorrentía.
Algo similar a los que ya se ha advertido en Chile. En 2022, por ejemplo, la académica del Departamento de Geología, de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. de Chile, Linda Daniele, señaló que las aguas subterráneas están sufriendo un deterioro importante y rápido, no solo por la sequía, sino también porque la insuficiente regulación que está permitiendo su extracción sin control, modificando los procesos de recarga de las aguas subterráneas, sostuvo entonces en una publicación de la FCFM.
Referencias de la nota:
-FCFM. Aguas subterráneas: Sobreexplotación de un recurso hídrico invisible.