¿Cómo intensifica el vapor de agua el efecto invernadero en el planeta Tierra?
El aumento del vapor de agua en la atmósfera, junto con el papel predominante del dióxido de carbono, intensifica el efecto invernadero e impulsa el cambio climático global. Este es uno de los objetos de estudio del equipo científico de la NASA.
El vapor de agua ha sido objeto de estudio por parte del equipo editorial de NASA Science. En lugar de ser el principal responsable del calentamiento global, condición atribuida al dióxido de carbono, el vapor de agua actúa como intensificador, empeorando los efectos de otros gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono.
La atmósfera tal como la conocemos ha ido cambiando muy rápidamente. Actualmente contiene aproximadamente un 10% más de vapor de agua que hace apenas 30 años. Por cada 1 ºC de aumento de temperatura, la atmósfera retiene un 7% más de vapor de agua.
El vapor de agua y su papel en la intensificación del efecto invernadero.
El incremento de las temperaturas medias globales —que ya han aumentado aproximadamente 1,1 ºC desde finales del siglo XIX— está intrínsecamente ligado al aumento del vapor de agua en la atmósfera.
Según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC), el vapor de agua en la atmósfera está aumentando a un ritmo de entre 1 y 2% por década, responsabilidad atribuida al calentamiento global.
Este aumento va acompañado del aumento de las temperaturas en la atmósfera, lo que impulsa la evaporación del agua tanto de los océanos como de la tierra. Como el aire más cálido es capaz de retener más humedad, la concentración de vapor de agua en la atmósfera aumenta, creando un circuito de retroalimentación positiva.
Sin embargo, es importante enfatizar que el vapor de agua no es la causa principal del calentamiento global, sino más bien un factor que lo apoya. Al intensificar el efecto invernadero provocado por otros gases, como el dióxido de carbono, el vapor de agua contribuye a un mayor aumento de las temperaturas globales. Este fenómeno se ilustra con el aumento de precipitaciones intensas, sequías más severas y la ocurrencia de eventos climáticos-meteorológicos extremos.
El papel singular del vapor de agua como gas de efecto invernadero reside en su condensabilidad. Es decir, a diferencia de otros gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono o el metano, el vapor de agua puede transformarse de una fase gaseosa a una líquida y viceversa. Esto significa que su concentración en la atmósfera está directamente influenciada por la temperatura ambiente. Así, a medida que aumenta la temperatura, se evapora más agua a la atmósfera y aumenta aún más el efecto invernadero.
Dióxido de carbono: el pilar del calentamiento global
Además, no se puede pasar por alto que el dióxido de carbono sigue siendo el principal contribuyente al calentamiento global, representando un tercio del total. La capacidad de permanecer en la atmósfera durante largos períodos, que pueden oscilar entre décadas y miles de años, lo convierte en un importante regulador climático. Sin embargo, no se puede subestimar el papel del vapor de agua como potenciador de los efectos del dióxido de carbono.
Alrededor del mundo, hemos sido testigos de los efectos del cambio climático, responsable de cambios drásticos en las condiciones climáticas. El aumento de la temperatura del aire, las sequías prolongadas y los fenómenos climáticos y meteorológicos extremos son cada vez más comunes, por lo que es crucial tomar medidas para mitigar los impactos del cambio climático. La condensabilidad única asociada al vapor de agua lo convierte en un componente dinámico del sistema climático, cuyo impacto merece mayor atención.