Adaptación climática: así es la "mina de oro genética" de Atacama
Han descubierto mecanismos adaptativos en plantas que viven bajo las condiciones extremas del desierto más seco del mundo. El Atacama alberga una "mina de oro genética" ¿Por qué? Descúbrelo a continuación.
El Atacama, meseta desértica del norte de Chile, se considera el desierto no polar más seco del mundo. Sus condiciones son tan extremas que se emplea como sitio de experimentación para simular expediciones a Marte. No sólo escasea el agua en esta región del planeta, sino también los nutrientes en el suelo. Las plantas que lo habitan se exponen a esto y a una radiación solar altamente energética que normalmente no las dejaría sobrevivir.
Recientemente, un equipo de investigadores nacionales e internacionales llegaron a conclusiones importantes sobre esta supervivencia vegetal atípica. Es la primera vez que se estudia la capacidad adaptativa de estas plantas del desierto por la necesidad de comprender su comportamiento para mejorar la producción de cultivos y la resiliencia en condiciones secas bajo un clima cambiante, explican los autores del estudio.
De este modo, se analizaron el clima, el suelo, las plantas y la diversidad de microbios del suelo en 22 sitios, para arribar a resultados que abren puertas a nuevas alternativas agrícolas.
Evolución: las mutaciones genéticas
Para identificar genes asociados con la adaptación de las plantas a un ambiente hostil, compararon 32 especies de Atacama con 32 especies genéticamente similares, pero crecidas en lugares distintos. Los investigadores buscaron reconstruir la historia evolutiva de las plantas en el desierto.
Se identificaron mutaciones en 265 genes presentes en varias plantas del Atacama, argumentan en el estudio. Dado los altos niveles de irradiancia ultravioleta incidentes en esta región, es difícil imaginar que una planta pueda adaptarse: ahora se conoce que existen en ellas unos genes responsables de la reacción a la luz solar y la fotosíntesis. También se detectaron genes relacionados con las respuestas de estas plantas al estrés y la sal, así como otros involucrados en procesos de desintoxicación.
Mayor absorción de nitrógeno: las bacterias
El otro hallazgo se relaciona con la mayor capacidad absorbente de nitrógeno por la presencia de bacterias que se desarrollan en el suelo alrededor de las raíces. El nitrógeno es un elemento necesario para el crecimiento de las plantas: sin embargo, se encuentra en bajas concentraciones en el Atacama. Es por ello que se considera que las bacterias actúan como principal fijador de nitrógeno.
El avance del cambio climático antropogénico ha impulsado a los científicos a entender los mecanismos de adaptación de especies fuertes para mejorar las técnicas de cultivo. Los modelos climáticos muestran un aumento de la aridez en los subtrópicos, lo que lleva a un aumento de la desertificación global.
Estamos en un punto crítico, donde no queda más que prepararnos y actuar para mitigar los daños. Entre las medidas preventivas está la de adaptarse a un medio hostil. La seguridad alimentaria está en juego y estos hallazgos son una "mina de oro genética" para desarrollar cultivos más resistentes.