Convivir con torres de alta tensión: efectos en la salud y ambiente
Los Impactos que provocan los proyectos de líneas de transporte eléctrico y de sus campos electromagnéticos son de gran envergadura. Hoy la ciudadanía se informa y exige que para instalarlas se tome en cuenta su opinión, respetando la salud de los seres vivos y el cuidado del medio ambiente.
Cuando hablamos de contaminación electromagnética lo podemos asociar rápidamente a la telefonía móvil, pero además de ello, tenemos otras formas que también provocan daños importantes en nuestra salud y el medio ambiente, como lo son “las torres o líneas de alta tensión”.
Uno de los impactos de estas estructuras es que producen la ionización del aire situado alrededor del cable de la línea, fenómeno denominado efecto corona, el cual aumenta con la humedad y produce múltiples consecuencias: emisión de ruido, interferencias de radiofrecuencia o la generación de ozono troposférico.
Además, al ser instaladas provoca una segmentación del suelo y la vegetación que se ubica debajo de estas torres, que desaparece o se seca corriendo el riesgo de generar incendios. Su instalación también provoca daños en las aves. Cada año miles de ellas mueren en todo el mundo por colisionar o por electrocutarse con cables provenientes de estas torres.
Alteración del sueño, cáncer y muerte de abejas
No son pocos los efectos que las líneas de transmisión y las torres de alta tensión causan a las personas y el medio ambiente. Una reciente investigación de la Universidad de Talca, en conjunto a la Universidad del Biobío y del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA) de La Serena, demuestra además que los campos electromagnéticos de las líneas de alta tensión provocan efectos dañinos en abejas y en la polinización.
Marco Molina, académico y director del Instituto de Ciencias Biológicas de la Universidad de Talca explica que, “existe un mineral llamado magnetita, que las abejas tienen en la zona del cerebro y en el espacio abdominal, y que cada vez que el insecto interactúa con un campo electromagnético aumenta la temperatura de este mineral". Esto hace que el cuerpo de las abajas se recaliente, obligándolas a alejarse de las cercanías de las torres de alta tensión. El experto además advierte que muchas veces se genera un estrés tan grande en estos insectos que les provoca su muerte.
Diversos estudios han incluido los campos electromagnéticos generados por los tendidos eléctricos como posible agente cancerígeno. El Instituto Karolinska de Estocolmo detectó un aumento del riesgo de leucemias en niños en las proximidades de estos campos electromagnéticos.
Las investigaciones también señalan un aumento significativo del riesgo de cáncer en relación a la distancia de las torres de alta tensión, y también algunos impactos en cefaleas, alteraciones de los ritmos cardíacos de sueño y vigilia, etc.
Un problema que aún no tiene solución
Por estos días, existe una obra que ha provocado gran preocupación en los habitantes de dos regiones de la zona central y es la construcción de un proyecto de torres de alta tensión denominado: Nueva Línea 2×220 Nueva Alto Melipilla-Nueva Casablanca-La Pólvora-Agua Santa.
Este proyecto ha sido rechazado por las comunidades, debido al impacto negativo que podría provocar su instalación además de no estar de acuerdo en la toma de decisiones sin la participación de cada uno de ellos, vital para conocer los problemas que podría traer a la comunidad.
Ante esto, la Corte Suprema, luego de recibir un recurso de protección, falló a favor de realizar un proceso de participación ciudadana, donde se entregaron más de 6 mil observaciones presentadas por organizaciones ambientales de Casablanca y Valparaíso al proyecto de carretera eléctrica que implica la construcción de estas torres. Por lo pronto, las comunidades deberán seguir esperando para conocer los cambios que se realizarán respecto a la continuidad del proyecto.
Relevante es poder redefinir las distancias mínimas de seguridad desde las líneas de alta tensión a zonas donde hay vida silvestre y protegida, viviendas o instalaciones de uso público y privado, con el fin de proteger a la ciudadanía y la biodiversidad.