Índice monitorea la vulnerabilidad de bosques tropicales
La tala y quema indiscriminada está afectando también a los bosques tropicales del mundo, para plantaciones de aceite de palma, construir, obtener madera y otro tipo de desarrollo humano y además, se agregan las consecuencias del cambio climático.
Desde el año 1990, se ha talado casi el 20% de los bosques tropicales, mientras que otro 10% se ha dañado como consecuencia del cambio climático, debido al aumento de las temperaturas y extensas sequías.
Un equipo de científicos, reunido por National Geographic Society, elaboró un índice de vulnerabilidad de bosques tropicales (TFVI), para identificar cuáles bosques necesitan ayuda de manera urgente, sugiriendo que toda esta alteración, está afectando gravemente a los bosques fértiles y húmedos del mundo.
En los trópicos, los bosques están perdiendo su capacidad para almacenar carbono y reciclar agua y son más vulnerables al cambio drástico de lo que se pensaba. Si sigue expuesto a este grado de amenaza, vastas extensiones de selva tropical podrían perder todos sus árboles, o podrían convertirse en bosques más secos, similares a una sabana.
La Amazonia ya no es más el 'pulmón verde' del planeta.
Esto podría terminar con algunas de las regiones más biodiversas de la tierra y empeorar el cambio climático, ya que las selvas tropicales absorben grandes volúmenes de CO2 de la atmósfera.
“Las frecuentes sequías, el aumento de la temperatura y la prolongación de las estaciones secas, junto con la creciente deforestación y la degradación en las últimas dos décadas, han llevado a los bosques tropicales al borde de un punto de inflexión, lo que predijimos mediante modelos climáticos hace una década, lo estamos observando sobre el terreno, ahora es el momento de hacer algo y no más tarde”, señaló Sassan Saatchi, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.
Muchos factores juntos
Para diseñar este índice, los investigadores emplearon satélites y sistemas de medición para rastrear la temperatura de la tierra, la fotosíntesis, producción aérea, y la diversidad en general de especies silvestres. También examinaron la pérdida de cobertura arbórea por deforestación e incendios, así como los cambios en la cantidad de carbono y agua que se transfieren entre las plantas y la atmósfera.
Esa exhaustiva recopilación de datos, les permitió establecer un sistema uniforme y muy detallado para evaluar el estado de los bosques, encontrando que la deforestación generalizada, sumada a un clima que cambia muy rápido, está afectando gravemente la función del ecosistema.
Por ejemplo, en la Amazonía viven 10% de las especies del mundo y más de 2 millones de tipos de insectos. Sus árboles y suelos almacenan el equivalente a 5 años de emisiones de CO2, y, en gran parte, el bosque genera su propio suministro de agua a medida que la humedad se mueve desde el Océano Atlántico. Luego es absorbida por las raíces de las plantas y regresa a la atmósfera a través de las hojas. Una sola molécula de agua puede completar el ciclo del bosque unas cinco veces.
Pero la deforestación ha ido aumentando, los árboles de crecimiento rápido y tolerantes a la sequía le están ganando terreno a las especies bajas que solo prosperan en condiciones húmedas.
Saatchi sostiene que además “los resultados de nuestro estudio sugieren que los bosques tropicales están perdiendo su capacidad de ciclar el carbono y el agua como antes. Esto está ocurriendo gradualmente a escala continental y más rápidamente a escala regional, con importantes implicaciones para el sumidero global de carbono y el clima”.
"Es imperativo que la deforestación se detenga, un desafío que implica varias complicaciones y aunque se lograra ese objetivo, ni siquiera alcanzaría para detener el daño. Se necesita una reforestación activa”, agrega.
Como podemos ver, los científicos han podido descifrar un panorama mucho más claro, aunque más alarmante y que ocurre en muchos lugares del mundo, logrando encender las alarmas.
Bosques vuelven a crecer alrededor del mundo.
Sin embargo, no es demasiado tarde para cambiar de rumbo. El equipo de Saatchi espera que este análisis riguroso concientice a las personas acerca del modo catastrófico en que se están alterando los ecosistemas. Pero también esperan, que su nueva herramienta se utilice para monitorear más cambios en distintos sectores del mundo y se destinen recursos con el fin de lograr una pronta recuperación.