Descubre cómo calcular la distancia de un sismo desde tu ubicación, usando sencillas técnicas sismográficas

¿Sabías que puedes estimar la distancia al epicentro de un sismo solo con el tiempo entre las ondas P y S? Descubre cómo las ondas sísmicas revelan la intensidad y ubicación de los terremotos.

Representación gráfica de un sismógrafo registrando movimientos sísmicos en tiempo real.

Seguramente has sentido ese movimiento inicial, como un aviso, seguido de un remezón más fuerte. Es una experiencia común, pero ¿alguna vez te has preguntado por qué sucede esto? Comprenderlo no solo es fascinante, sino que también te permitirá estimar qué tan alejado estaba el epicentro del sismo de ti, usando únicamente el tiempo.

El origen del movimiento: las ondas sísmicas

Cuando ocurre un temblor o un terremoto, se produce una ruptura en la roca debido a la acumulación de tensiones en el interior de la Tierra. Esta ruptura genera vibraciones que se propagan a través de nuestro planeta, tanto por su interior como por la superficie. A estas vibraciones se les conoce como ondas sísmicas, y se clasifican en dos grandes grupos:

  1. Ondas internas, que viajan a través del interior de la Tierra.
  2. Ondas superficiales, que se desplazan por la superficie terrestre.

Ambos tipos son responsables de los movimientos que percibimos, pero tienen características muy diferentes, tanto en su forma de propagación como en los efectos que producen.

Ondas internas: los mensajeros del temblor inicial

Las ondas internas son las que transmiten los primeros temblores de un terremoto. Dentro de este grupo encontramos dos tipos principales:

  • Ondas P (primarias):
    Estas son las primeras en llegar a la superficie. Viajan a velocidades muy altas (aproximadamente 6-8 km/s) y son ondas longitudinales, lo que significa que comprimen y dilatan el terreno en la misma dirección del movimiento, como si fuera un acordeón. A pesar de ser rápidas, tienen poco poder destructivo.
Ambas ondas internas son cruciales para entender el comportamiento de los sismos y, como veremos más adelante, para estimar la distancia al epicentro.
  • Ondas S (secundarias):
    Estas llegan después de las ondas P porque son más lentas, viajando a una velocidad promedio de 3.5-4 km/s. Su movimiento es transversal, desplazando el terreno perpendicularmente a la dirección en la que avanzan, creando un patrón ondulatorio más evidente.

Ondas superficiales: las responsables del mayor daño

El otro grupo son las ondas superficiales, que se mueven más lentamente pero generan un mayor impacto. Estas ondas son las responsables de los movimientos más destructivos, capaces de dañar infraestructuras y alterar el paisaje. A pesar de su nombre, no deben subestimarse. Dentro de este grupo destaca un par en particular: Ondas Love y Rayleigh.

Del laboratorio a la vida cotidiana

Ahora, volvamos a la experiencia cotidiana. Imagina que estás tranquilo en tu casa cuando, de repente, sientes un ligero movimiento. Este vaivén inicial es la llegada de las ondas P, que viajan tan rápido que son las primeras en avisarte que algo está ocurriendo. Apenas unos segundos después, llega un remezón más fuerte: es la onda S, que confirma que efectivamente estás sintiendo un sismo.

Pero, ¿qué tan lejos ocurrió el epicentro? Aquí es donde el conocimiento de las ondas sísmicas se convierte en una herramienta práctica.

Al igual que cuando ves un relámpago y escuchas el trueno unos segundos después, las ondas P y S, también llegan con un desfase temporal que depende de la distancia que recorren desde el epicentro hasta donde te encuentras. La diferencia en tiempo entre ambas es clave para estimar la distancia al epicentro. De manera simplificada, puedes usar esta regla práctica:

Por cada segundo de diferencia entre la llegada de la onda P y la onda S, el epicentro está aproximadamente a 8 kilómetros de distancia.

Este método es una aproximación que resulta útil para estimar la distancia al epicentro de manera inmediata. Sin embargo, para cálculos más precisos, se usan instrumentos como los sismómetros, que registran estas ondas en detalle y consideran factores como la composición del suelo y las variaciones de velocidad.

La importancia de la sismología

Entender cómo viajan las ondas sísmicas nos da una visión más clara de uno de los fenómenos naturales más frecuentes y destructivos en nuestro país. Además, nos permite reaccionar mejor durante un sismo, estimar qué tan lejos está ocurriendo y anticipar posibles impactos.

Gracias a la sismología, rama de la geofísica, hemos avanzado enormemente en la comprensión de estos procesos. Este conocimiento no solo nos ayuda a protegernos, sino también a diseñar infraestructuras más seguras y mejorar los sistemas de alerta temprana.

Así que la próxima vez que sientas ese vaivén inicial seguido de un remezón más fuerte, recuerda: las ondas sísmicas tienen mucho que decirnos, y con un poco de observación y cálculo, puedes aprender a interpretar lo que la Tierra te está contando.

Fuentes y referencias

- Centro Sismológico Nacional. Glosario Centro Sismológico Nacional.

- Instituto Geográfico Nacional. Sismología - Instituto Geográfico Nacional.