Descubrimiento sorprendente: la Gran Nube de Magallanes tenía cola, y todo gracias (o culpa) a nuestra Galaxia
¿Mérito o culpa? El hecho es que nuestra propia galaxia ha provocado que a la cercana Gran Nube de Magallanes le haya brotado una "cola", lo que ha provocado la pérdida de casi todo su halo original.
¿Quién robó el halo de la Gran Nube de Magallanes? Esta es la pregunta que se hizo inmediatamente un equipo de astrónomos tras analizar los datos de archivo recopilados a lo largo de los años por el Telescopio Espacial Hubble.
Pero vayamos en orden. Intentemos comprender qué falta y cómo llegamos a descubrir que falta algo en la gran Nube de Magallanes.
La Gran Nube de Magallanes
La Gran Nube de Magallanes, o Gran Nube, es una galaxia irregular, la más cercana (junto con la Pequeña Nube de Magallanes) a nuestra Galaxia, a una distancia de unos 200.000 años luz de la Tierra. Debido a su relativa proximidad, ambas nubes son claramente visibles a simple vista en los cielos del sur y tienen, de hecho, apariencia de nubes.
Inicialmente se pensó que la Gran Nube era una galaxia satélite de nuestra galaxia y que, por tanto, estaba ligada gravitacionalmente a ella y orbitaba alrededor de ella. Sin embargo, hoy se piensa que puede tratarse de una galaxia de paso, que recientemente ha alcanzado su distancia mínima de la nuestra, y continúa su camino.
Se conocen numerosas galaxias similares a la Gran Nube y por tanto también se conocen sus características comunes. Una característica, pero no sólo de las galaxias irregulares, es la presencia de un halo.
La sorpresa es que, en comparación con galaxias con una masa similar a la de la Gran Nube, a esta última le falta alrededor del 90% de su halo y sólo tiene el 10%. ¿Pero qué pasó con él?
Cómo ocurrió el descubrimiento
Es interesante notar de inmediato cómo este descubrimiento no es el resultado de nuevas observaciones, sino que surgió de un nuevo análisis de las observaciones de archivo recopiladas durante los últimos años.
Detrás de la Gran Nube, pero mucho, mucho más distante, hay 28 cuásares (abreviatura de Objetos Cuasi Estelares). Se encuentran entre los objetos más brillantes del universo y están asociados con agujeros negros supermasivos en los núcleos galácticos.
La luz del cuásar, al estar detrás de la Gran Nube, debe atravesar el halo de gas de la Gran Nube antes de llegar a la Tierra, por lo que parte de esta luz es absorbida.
Midiendo el nivel de absorción de los cuásares, distribuidos detrás de la Gran Nube, los astrónomos pudieron crear una especie de mapa de absorción alrededor de la Nube y medir su extensión y masa.
Los cuásares directamente detrás de la Nube mostraron absorción. Paulatinamente los que estaban un poco más alejados (en forma angular) mostraron menos absorción, hasta llegar a los más alejados sin absorción. Midiendo la distancia angular a la que se ubican las que no tienen absorción, fue posible comprender cuán extenso era el halo de la Gran Nube.
La sorpresa fue medir un halo muy pequeño, demasiado pequeño, alrededor del 10% del observado en otras galaxias de la misma masa.
¿Quién robó el halo y cómo?
Pues sí, fue nuestra Galaxia la que privó a la Gran Nube de su halo. Durante el sobrevuelo, la gran nube cruzó literalmente el halo de nuestra galaxia y esto fue fatal. De hecho, como escriben los autores del estudio, nuestra galaxia actuó como un enorme secador de pelo que arrasó el halo de la Gran Nube, formando una verdadera cola.
Para usar una analogía, pero con todas sus limitaciones, así como un cometa, que inicialmente tiene sólo un núcleo helado, desarrolla una cola cada vez más importante a medida que se acerca al Sol, cola que en realidad le hace perder masa, de la misma manera, La Gran Nube, acercándose a nuestra galaxia y atravesando su halo, desarrolló su propia cola que dispersó el 90% de la masa de su halo en el espacio.
Y en cualquier caso, dicen los astrónomos, a la Gran Nube le fue bien. Logró retener el 10% de su halo gracias a su masa. Si hubiera sido una galaxia menos masiva, la habría perdido por completo.