Deshielo antártico sería irreversible ante episodios de El Niño extremos
En los próximos años, la tendencia al calentamiento podría causar el incremento del nivel del mar a un ritmo constante. Si a esto se suma la intensificación del fenómeno "El Niño", se volvería extrema esta situación: el deshielo de la Antártica sería irreversible.
El Niño-Oscilación del Sur, también conocido como ENSO, es un fenómeno de variabilidad climática interanual que actúa en la circulación atmosférica global. En los años de su fase positiva, o "El Niño", aumenta la temperatura superficial del mar en el Pacífico ecuatorial, lo que induce, por ejemplo, a una mayor probabilidad de precipitaciones en el centro-sur de Chile, Perú y California.
Si este evento llegara a intensificarse producto a los efectos del actual cambio climático, estas regiones podrían sufrir inundaciones. Como es de esperar, los cambios se extenderían también a otras zonas del planeta, incluyendo la Antártica.
En una reciente investigación de la Agencia Científica del Gobierno de Australia (CSIRO, por sus siglas en inglés), se evidencian las posibles consecuencias que traería un evento "El Niño" en el continente blanco. Con simulaciones obtenidas por 31 modelos climáticos, se encontró que un aumento en la variabilidad del ENSO podrían acelerar el derretimiento irreversible de las plataformas y capas de hielo en la Antártica, aseguran en el estudio, publicado en la revista científica Nature Climate Change.
¿Qué provoca el deshielo en la Antártica?
La intensificación de "El Niño" causaría un mayor calentamiento de las aguas profundas en la plataforma antártica, lo que favorecería un deshielo más rápido en el continente blanco. Sin embargo, es posible que se ralentice el aumento de la temperatura superficial del mar alrededor de la Antártica, logrando un derretimiento más lento de los hielos marinos flotantes.
Debido a que se debilitarían los vientos del Oeste a lo largo de la plataforma antártica, el movimiento de las aguas se reduciría, afectando el afloramiento de aguas cálidas del océano profundo. Este es, precisamente, el factor que impide un mayor deshielo marino.
Es sabido que las corrientes oceánicas cálidas y profundas, son uno de los factores principales que impulsan el derretimiento de las plataformas de hielo antárticas. Esto hace que sean más vulnerables a las fracturas y a su posterior ruptura.
Las plataformas de hielo no sólo se derriten desde abajo, sino también desde arriba: el aumento de la temperatura del aire, producto al calentamiento global, ha gatillado la fusión del hielo. Esta agua escurre por las grietas de la plataforma hasta crear fracturas considerables, lo que también la debilita.
Indudablemente, el cambio climático es el principal impulsor de estos eventos. Y ¿cómo nos afecta esto directamente? Pensemos en el efecto dominó: el deshielo de los glaciares aumenta el nivel del mar, lo que propicia la erosión costera y la elevación de las marejadas ciclónicas. La Antártica contiene el 90 % del hielo glacial del planeta, lo que equivale a unos 30 millones de kilómetros cúbicos de hielo. Si se derrite por completo, sería suficiente para elevar el nivel del mar global en 70 metros a lo largo de los siglos.
Con el actual ritmo del calentamiento global, vamos camino a ello. Aunque siempre hay vías de mitigación que, al menos, evitarían lo peor.