Diógenes y su síndrome: la ciencia explica porqué su filosofía no tiene nada que ver con este trastorno
El filósofo griego vivió con lo mínimo y abogó por una vida simple. Hoy, su nombre se asocia injustamente a una condición que representa todo lo contrario.

Diógenes dormía en una tinaja, comía lo justo y regalaba sus pocas pertenencias si encontraba formas más simples de vivir.
Entonces, ¿cómo fue que su nombre terminó ligado a un síndrome psiquiátrico que implica acumular basura, aislarse y vivir en condiciones extremas de descuido?
Medio siglo después de que se acuñara el término “síndrome de Diógenes”, científicos y expertos en salud mental coinciden: la etiqueta no solo es errónea, sino que es un agravio a la filosofía radical y lúcida de aquel pensador griego.
El filósofo del cinismo (y no del desorden)
Desde la medicina hasta la historia, la confusión persiste. Pero una mirada más atenta al filósofo “perro” permite comprender porqué esta asociación es, como mínimo, paradójica.
Abandonó las posesiones materiales, despreció las convenciones sociales y vivió en la calle por decisión, no por deterioro.
El cinismo, su escuela filosófica, abogaba por la autosuficiencia (autarquía) y la vida en armonía con la naturaleza (physis). Su objetivo: alcanzar la areté o virtud, sin adornos ni mentiras.
Un diagnóstico que no encaja
El síndrome de Diógenes fue descrito por primera vez en 1975, en un estudio clínico publicado en The Lancet, que analizó a 30 pacientes mayores con enfermedades agudas, vida solitaria y un patrón común: acumulación de objetos, autonegligencia extrema y rechazo a la ayuda externa.
El problema fue que ninguno de esos rasgos refleja el pensamiento ni la práctica de Diógenes.

Hoy, ni la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) incluyen oficialmente el “síndrome de Diógenes”.
En su lugar, se habla de trastorno por acumulación (hoarding disorder), un cuadro que puede estar asociado a traumas, deterioro cognitivo o ciertas personalidades, pero no a filosofías de vida.
¿Por qué acumulamos y cómo podemos abordar esta problemática?
El hoarding va más allá de "guardar cosas". Según la OMS, surge de ansiedad, trauma o dificultad para decidir.
Aunque cada caso es distinto, hay señales clave que pueden ayudarte a identificar si una persona está atravesando una situación de este tipo:
- Acumulación excesiva, incluso de basura o restos orgánicos.
- Falta de higiene personal y del entorno.
- Aislamiento extremo.
- Desconfianza, rechazo a la ayuda o comportamientos hostiles.
Tal como señala un estudio de la organización Frontiers in Psychiatry, abordar este problema requiere tiempo, empatía y una red de apoyo.
Muchas personas que lo padecen rechazan la ayuda externa, por lo que la intervención debe hacerse con mucha sensibilidad.
Con su humor ácido, Diógenes habría ladrado ante la contradicción. "¿Me comparan con quienes atesoran? ¡Yo rompí mi único cuenco!". Su legado es justo lo opuesto: la libertad está en soltar, no en retener.
Mientras la ciencia corrige el nombre del trastorno, Diógenes sigue recordándonos que las etiquetas —como las posesiones— a menudo sobran. Basta mirar al mundo con sus ojos: simples, críticos y, sobre todo, libres.
Fuentes y referencias de la noticia:
- A.N.G. Clark, Et Al. (1975). Diogenes Syndrome: A clinical study of gross neglect In old age. The Lancet.
- Proctor C, Rahman S. (2021). Diogenes Syndrome: Identification and Distinction from Hoarding Disorder. Case Rep Psychiatry.
- Organización Mundial de la Salud. CIE-11 para estadísticas de mortalidad y morbilidad. publicado en el sitio web de la institución.