Dos minúsculos granos de polen revelan el misterioso origen de los bosques tropicales asiáticos
Un hallazgo fortuito en las entrañas de la Tierra revela que la exuberante vida tropical de Asia germinó mucho antes de lo pensado

En los rincones más remotos del planeta, el pasado a menudo queda oculto bajo capas de tierra y roca, esperando ser descubierto.
Esta vez, la clave de un antiguo enigma ha surgido desde las profundidades del subsuelo asiático, donde dos diminutos granos de polen, atrapados durante 90 millones de años, han permitido reconstruir el origen de la asombrosa biodiversidad de los bosques tropicales de Asia.
¿Cómo algo tan pequeño pudo revelar algo tan grande? La respuesta está en la historia que estos granos de polen han conservado durante milenios.
Borneo, una “fábrica” de especies
Si los bosques tropicales de Asia fueran un gran mosaico biológico, Borneo sería su pieza central. Esta isla, la tercera más grande del mundo, ha funcionado durante millones de años como un generador de biodiversidad.
Otras islas, como Nueva Guinea, también generaron especies, pero en mayor aislamiento. En cambio, Sumatra y la península malaya sirvieron como corredores naturales para conectar distintas poblaciones de flora y fauna, permitiendo un intercambio genético clave para la diversidad actual.
Evolución a saltos: la biodiversidad entre extinciones y renacimientos
Lejos de ser un proceso continuo, la biodiversidad de los trópicos asiáticos ha crecido en ciclos de aparición, extinción y recolonización.
Los científicos han identificado que, a lo largo de millones de años, cambios climáticos y eventos geológicos han alterado el equilibrio ecológico de la región, eliminando especies y permitiendo que otras ocuparan su lugar.

El descubrimiento de los polen fosilizados de palmeras ratán fue clave para reconstruir este complejo rompecabezas evolutivo.
El estudio muestra que la biodiversidad asiática floreció en ciclos de destrucción y renacimiento: su geografía fragmentada convirtió las islas en laboratorios donde las especies evolucionaban aisladas, para luego dispersarse y reinventar el ecosistema tras cada colapso.
Lo que el pasado puede enseñarnos sobre el futuro
Más allá de desentrañar los misterios del pasado, estos hallazgos también son una alerta para el presente.
Dos granos de polen de 90 millones de años nos han dado una lección invaluable: los bosques tropicales asiáticos no son eternos, sino el frágil resultado de ciclos de destrucción y resiliencia.
Hoy, mientras el cambio climático y la deforestación amenazan esta biodiversidad única, el mensaje de estos fósiles es claro: entender su pasado no es solo ciencia, es la clave para evitar que su futuro se convierta en otro grano de polen enterrado en el tiempo.
Fuentes y referencias de la noticia
- Benedikt G. Kuhnhäuser et al. (2025). Island geography drives evolution of rattan palms in tropical Asian rainforests. Science.