Altas temperaturas: los efectos que provocan en nuestra salud
Con la aproximación del verano, el ascenso de las temperaturas es inminente en nuestro hemisferio. El cuidado de nuestra salud es parte de la prevención para evitar consecuencias como las que te presentamos hoy.
El calor nos agobia, algunas personas hasta se ponen de “mal genio” cuando el termómetro marca sobre los 30°C. Otros prefieren capear el aire cálido tomando un rico helado, con una visita corta a la playa o tomarse la tarde para compartir en familia y amigos. Pero estas altas temperaturas también son capaces de influir en nuestra salud.
¿Cuáles son las consecuencias del calor en nuestro organismo?
De acuerdo a un informe de la Organización Panamericana de la Salud, nuestro cuerpo responde al calor del ambiente aumentando la temperatura basal (temperatura más baja que alcanza el cuerpo en reposo). Además, el centro termorregulador genera un masivo flujo de sangre y, como consecuencia, comenzamos a sudar. Estos procesos sobrecargan el sistema cardiovascular, provocándonos una deshidratación significativa.
Dentro de los grupos más vulnerables a las altas temperaturas, debemos considerar a mujeres, ancianos y niños. Asimismo, a personas obesas o que llevan una vida sedentaria. Por otro lado, las personas que sufren de enfermedades cardiopulmonares, renales y psiquiatras también se ven altamente expuestas al ascenso de las temperaturas.
Por su parte, la FEMA (Agencia Federal para el Manejo de Emergencias de Estados Unidos) señala que los riesgos asociados a una ola de calor pueden incluir:
- Calambres por el calor: dolores y espasmos musculares producidos por un duro esfuerzo.
- Golpe de calor: una forma de shock leve que ocurre típicamente cuando las personas hacen mucho ejercicio o trabajan en un sitio caluroso y húmedo.
- Hipertermia / Insolación: la temperatura del cuerpo puede elevarse hasta el grado de producir daños cerebrales y la muerte, si el cuerpo no es enfriado rápidamente.
Es importante considerar algunas recomendaciones ante las altas temperaturas: beber abundante agua, permanecer el lugares frescos, bajar la intensidad de los ejercicios, dormir lo mejor posible, usar ropa de telas ligeras y colores claros y, por supuesto aplicar bloqueador solar para cuidar nuestra piel.
La Organización Mundial de la Salud destaca que las previsiones climáticas a corto plazo pueden ayudar a mitigar las repercusiones en la salud. Además, los sistemas de alerta temprana deben incorporar mecanismos de seguimiento y vigilancia para otorgar una respuesta eficiente a la sociedad. Enfocarse en los fenómenos extremos actuales puede ayudar a desarrollar mejores medidas para afrontar los efectos a largo plazo de la crisis climática global.
Finalmente, es pertinente mencionar que, de acuerdo a las Naciones Unidas, en el año 2018 la cantidad de personas mayores de 65 años y expuestas a las olas de calor, incrementó en 220 millones respecto a la media del período comprendido entre los años 1986 y 2005. Además, la NASA ha expuesto una serie de tiempo, donde es posible observar que 18 de los 19 años más cálidos han ocurrido desde 2001. ¿Sabes cuál es el año más cálido registrado? El 2016.