El cambio climático se acelera en los bosques del sur y la intervención humana es el gran catalizador

Una investigación de la Universidad de Chile revela que los cambios naturales en la vegetación de los Andes del sur se intensificaron a partir del siglo XX debido al impacto humano

Bosques del sur de Chile.
Este estudio muestra cómo la huella del hombre está acelerando el ritmo del cambio climático en la vegetación de la Región de Los Lagos, intensificando un proceso que, si bien es natural, se ve exacerbado por nuestra presencia.

El cambio climático no es una novedad para los bosques del sur de Chile. Durante los últimos 18 mil años, estos ecosistemas han sorteado ciclos naturales de calentamiento y enfriamiento, expandiendo o contrayendo su vegetación. Sin embargo, algo cambió a partir del siglo XX: la intervención humana potenció y aceleró estas transformaciones naturales.

Así lo confirma un estudio liderado por Patricio Moreno, académico del Departamento de Ciencias Ecológicas de la Universidad de Chile y miembro del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2).

Ciclos naturales y acción humana: ¿qué está pasando?

El trabajo, que analizó registros climáticos y de vegetación en la Región de Los Lagos, demuestra cómo la interacción entre el cambio climático y las perturbaciones humanas ha puesto a estos ecosistemas bajo presión extrema.

En un comunicado de prensa de la Universidad de Chile, Moreno explica que durante milenios, los bosques han enfrentado fases alternas de calor y frío, de sequías y lluvias, impulsadas por factores naturales como la influencia de los vientos del oeste. Pero el factor humano ha sido el detonante que, en las últimas décadas, intensificó esos cambios.

Según el investigador, este fenómeno se aceleró desde el siglo XX, cuando prácticas como el uso del fuego y la intervención en la vegetación por parte de colonos europeos y chilenos dejaron una huella indeleble en los ecosistemas.

Esto no solo modificó la composición de la vegetación, sino que también aumentó la vulnerabilidad del territorio frente a un clima más cálido y seco.

La clave está en los bosques de alerce

El estudio se centró en una de las pocas zonas aún preservadas de la Región de Los Lagos: el Parque Nacional Alerce Andino.

Este santuario natural, hogar de alerces milenarios que han resistido la tala indiscriminada, sirvió como una cápsula del tiempo para analizar la evolución climática y vegetal desde el fin de la última glaciación.

Hicimos una comparación entre un sitio de baja altitud, cercano al nivel del mar, y uno a mediana altitud, unos 800 metros sobre el nivel del mar”, explica el investigador.

Los resultados fueron reveladores: aunque ambos sitios mostraron patrones similares de cambios climáticos, la vegetación respondió de manera diferente según la altitud.

Por ejemplo, especies como el alerce (Fitzroya cupressoides) demostraron una increíble capacidad de persistencia, adaptándose a miles de años de variaciones ambientales.

El eco del pasado, claves para el presente

La investigación publicada en Quaternary science reviews revela una fascinante secuencia de eventos climáticos a lo largo de milenios.

Moreno recalca que lo que enfrentan los bosques hoy no es algo nuevo, sino parte de una historia que comenzó hace 18 mil años, cuando los glaciares retrocedieron y permitieron la colonización de vegetación terrestre. Sin embargo, la rapidez de los cambios actuales no tiene comparación.

“En torno a 8 mil años atrás hay una transición hacia incremento en la influencia de los vientos del oeste y a partir de cinco mil quinientos años antes del presente comienza una variabilidad fuerte en la influencia de los vientos del oeste a escalas de tiempo centenal, siglos o grupos de siglos más cálidos y secos versus grupos de siglos más fríos y húmedos y esa alternancia persiste hasta hoy”, explica el investigador.

Bosques de alerce
Los alerces, testigos milenarios del clima, resisten en el Parque Nacional Alerce Andino, uno de los últimos refugios de esta especie frente a la intervención humana y el cambio climático. Créditos imágen: Universidad de Chile.

El futuro de estos bosques milenarios dependerá, en gran medida, de cómo la sociedad enfrente su rol en esta historia.

Si bien el cambio climático ha sido un constante compañero de la naturaleza, la acción humana tiene ahora la responsabilidad de evitar que estos ciclos se conviertan en un punto sin retorno.

Como bien lo demuestra el Parque Nacional Alerce Andino, preservar los últimos bastiones de estos ecosistemas podría ser la clave para entender y proteger el futuro de la biodiversidad en el sur de Chile.

Fuentes y referencias de la noticia:

- P. Moreno, et all. Development of a temperate rainforest zonation on the Pacific slopes of the North Patagonian Andes since ∼18 ka. Quaternary science reviews. (2024).

- Universidad de Chile. Investigación Uchile revela que acción humana acelera impacto del cambio climático en bosques del sur. Publicado en noticias udechile.cl. (2024).