El ciclo del agua no es tan simple como lo aprendimos en la escuela
El agua se encuentra en estado sólido, líquido y gaseoso sobre el planeta, y no tiene problemas de cambiar de estado constantemente ni de ser transportada grande distancias. Estas transformaciones y desplazamientos son parte del ciclo del agua, que es mucho más complejo de lo que sabíamos.
Probablemente todos nosotros, en algún momento de nuestra enseñanza escolar, tuvimos una clase sobre el 'Ciclo del Agua', el ciclo que describe el comportamiento del agua en sus tres fases (sólido, líquido y gaseoso). En ese esquema simplificado, el agua era evaporada sobre los océanos, la que posteriormente precipita sobre los continentes para ser devuelta a los océanos a través de los ríos.
Sin embargo, en la realidad el proceso es mucho más complejo e intrincado. Por esta razón, hace unos meses el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por su sigla en inglés) realizó un mapa detallado del ciclo del agua en la naturaleza.
Las reservas de agua son variadas
El recorrido del agua en realidad es mucho menos directo y continuo de lo que nos enseñaron de niños. No existe un sólo camino. El agua en realidad está presente de muchas formas simultáneamente y proviene de diferentes fuentes.
El gran reservorio de agua líquida del planeta es el océano, más de un 95% del agua del planeta se encuentra en los océanos. Pero el océano no es la única reserva de agua líquida que tenemos, también están los lagos, ríos, humedales y embalses artificiales.
El agua en estado sólido la encontramos principalmente en glaciares, capas de hielo y mantos de nieve en altas cumbres o en los polos terrestres. El suelo por su parte también contiene agua, ya sea en forma de agua congelada —o permafrost— y en forma de agua líquida, como humedad del suelo.
Por su parte el vapor de agua es uno de los tantos gases que conforman la atmósfera, y es la forma que tiene el planeta de almacenar agua en forma de humedad atmosférica.
El movimiento es lo único constante
El agua no se queda estática en su ubicación ni estado: cambia de estado constantemente y se desplaza grandes distancias, donde la circulación atmosférica tiene mucho que decir.
Uno de los principales responsables de la evaporación sobre los océanos es el viento, el que a su vez transportará ese vapor de agua miles de kilómetros hasta eventualmente condensarse y caer en forma de lluvia o nieve. Los ríos atmosféricos son uno de los grandes responsables del transportes de humedad en la atmósfera. En ciertas ocasiones, Chile se ve impactado por alguno de estos eventos, que originan gran cantidad de lluvias en poquísimos días.
En tierra ocurrirá evaporación y evapotranspiración —cuando se trata de vegetación—, pasando el agua líquida contenida sobre la superficie a estado gaseoso, aportando humedad a la atmósfera. Esta humedad puede ser realmente importante si la evaportranspiración ocurre en grandes cantidades, como sobre el Amazonas. Buena parte de la precipitación en el Amazonas proviene de la respiración vegetal.
Otros movimientos de agua que el ciclo del agua escolar no nos enseña son el agua que corre debido al deshielo, o la escorrentía, que es el agua de lluvia que corre sobre la superficie. Finalmente, no podemos olvidar el agua que se mueve hacia el subsuelo, en un proceso llamado infiltración, cargando una reserva un tanto olvidada como lo es el agua subterránea.
Todas estas reservas de agua, flujos y cambios de fase son de vital importancia para la vida en la Tierra y para el sistema climático planetario, por lo que alterar este ciclo es algo que definitivamente debemos evitar, pero que lamentablemente estamos haciendo.