El día que marcó el antes y el después de los tornados en Chile

30 de mayo, 2019. Tormentas muy intensas se hace sentir a lo largo y ancho del Valle Central. Con particular intensidad, los truenos, relámpagos y chubascos se desatan al interior de la Región del Biobío y del Ñuble. Los granizos, del tamaño de una moneda de 100 pesos, se esparcen por varias ciudades sorprendiendo a sus habitantes.

Pero la naturaleza tenía preparado algo aún más increíble. A las 17:57 horas, los angelinos observan una especie de embudo de nube gigante entrando a la ciudad desde el noreste, cruzando desde el campo a la urbe. Muchos miran impresionados y desconcertados. Otros, sacan sus celulares y comienzan a grabar, mientras el tornado avanza rápidamente hacia ellos.

Sectores como Villa Francia y Condominio los Castaños son severamente afectados. El viento asociado a este extraño fenómeno meteorológico destruye un galpón y 11 casas por completo, arranca árboles centenarios de raíz, vuelca autos y camiones, y deja heridas a cerca de 18 personas. Todo terminó tan rápido como comenzó, la tormenta se aleja, y el embudo se extingue en menos de 10 minutos.

Las redes sociales ayudaron a expandir videos y fotografías impresionantes con mucha rapidez, ayudándonos a confirmar una sola cosa: un gran tornado había hecho estragos en Los Ángeles. Pero otra gran sorpresa vendría al día siguiente.

El impactante camino de un tornado

31 de mayo, 2019. Una línea de inestabilidad se acerca a la costa chilena, desatando tormentas de gran intensidad a lo largo del litoral. Poco antes de las 14:00 h local, un avión comercial despegando de Carriel Sur avista una tromba marina sobre el océano y reporta esta información.

Esta tromba toca tierra en Caleta El Soldado, una toma de pescadores ubicada al noroeste de Talcahuano, destruyendo algunas casas. El tornado cruza los cerros boscosos para luego continuar su camino por el medio del puerto.

En su trayectoria, al menos 4 estaciones meteorológicas registran la fuerte caída de presión y los vientos asociados al embudo (puntos amarillos destacados en el mapa). Esto es realmente curioso y a la vez improbable. Los tornados son destructivos, pero afectan un área muy menor, lo que hace casi imposible que se encuentren con una estación en su camino.

En Carriel Sur, el aeropuerto de la ciudad, se alcanzaron vientos de hasta 90 km/h. Debido a que se encontraba a una distancia de 80 m del centro del embudo, los investigadores determinaron que la velocidad real del viento del tornado alcanzó cerca de 200 km/h, lo que lo convierte en un tornado EF-1 o EF-2.

El tornado continuó su trayectoria hacia el sureste, llegando a Concepción, donde se debilita y disipa luego de 15 minutos. Lamentablemente, una persona fallece, 23 fueron heridas y 175 casas fueron dañadas severamente. A pesar de la impresión, aún quedaban misterios por descubrir.

Un enjambre de tornados

Los días siguientes a los tornados de Los Ángeles y Talcahuano/Concepción estuvieron marcados por la discusión acerca de los radares y la necesidad de mejorar los sistemas de monitoreo y predicción.

En paralelo, un grupo de investigadores de la Dirección Meteorológica de Chile y de la Universidad de Chile, comenzó a estudiar ambos tornados y las condiciones meteorológicas asociadas, descubriendo algo impresionante: hubo muchas tormentas de similar tamaño, intensidad y trayectoria entre la tarde del 30 y la tarde del 31 de mayo. ¿Existía la posibilidad de que otros tornados se hubieran formado en zonas menos habitadas?

Las redes sociales y los reportes de la Oficina Nacional de Emergencia fueron la clave. En al menos cinco localidades (además de Talcahuano y Los Ángeles), hubo reportes de "vientos intensos" que volaron techos de casas, arrancaron árboles y generaron cortes de energía. Luego, esos registros y sus horas estimadas fueron cotejadas con la posición de las tormentas. El resultado fue concluyente: no fueron solo vientos intensos los que afectaron a esas localidades, sino que muy probablemente otros tornados.

En Chanco (Región del Maule), las imágenes tomadas por testigos y la propia municipalidad, y que luego fueron subidas a redes sociales, fueron decidoras a la hora de analizar la posibilidad de un tornado en dicha zona. La baja densidad poblacional de las zonas rurales, así como también la propia tormenta y la hora del día, conspiraron para que solo tengamos las huellas del tornado.

En total, hubo 7 tornados en 24 horas en la zona centro-sur, desde la Región del Maule hasta la Región de La Araucanía ente las tardes del 30 y del 31 de mayo.

Para un país con escaso conocimiento sobre estos fenómenos, con un vago registro de tornados o trombas en la última década, esta es una situación impresionante.

Todavía queda un largo camino por recorrer en el mundo de la investigación de los tornados en Chile, pero los meteorólogos y científicos ya han empezado. Se requiere de nueva y mejor tecnología —los anhelados radares meteorológicos— para su detección en tiempo real, así como también, su posterior investigación. Eso sí, hoy los chilenos estamos más consientes que antes acerca de esta "nueva" amenaza meteorológica.