El importante papel de las dunas en los ecosistemas costeros
Los sistemas dunares no han despertado tanta atención como las playas en sí mismas pero, en un contexto de cambio climático, se hacen sumamente relevantes como grandes protectoras de las costas frente a eventos extremos.
Las dunas litorales son más que meros montones de arena que se acumulan en la parte alta de la playa, desde donde llega la marea más alta, y sobre las que alguna vez hemos caminado o incluso surfeado (sandboard) si su tamaño lo ha permitido. Y es que estos sistemas son de gran relevancia para el contexto global de las costas.
Pero primero veamos de qué y cómo se forman. Las dunas están compuestas de los mismos sedimentos que hay en las playas a las que pertenecen, donde el viento es capaz de transportarlos largas distancias haciendo que se depositen y acumulen formado las dunas. Estos sedimentos pueden ser arenas o granos de origen calcáreo, producto de la erosión de conchas de moluscos marinos. Además, pueden ser de un amplio rango de tamaños, de metros a cientos de metros, y de edades, hasta miles de años.
Funciones de las dunas litorales
A pesar de que no se hable tanto de ellas como de las mismas playas, las dunas tienen unas funciones fundamentales en las áreas costeras, donde la primordial es la de protección frente a eventos extremos de oleaje. Las dunas sirven de barrera protectora frenando el avance de los oleajes extremos, evitando inundaciones costeras. Pero esta función no sale gratis, ya que las dunas sufren de gran erosión mientras desempeñan esta función protectora.
Otras de las funciones de esos sistemas son la de acumular sedimento que sirve de reserva para recargar las playas después de eventos erosivos, filtrar agua y recargar napas subterráneas y permitir el desarrollo de fauna y flora adaptadas a las condiciones de suelos de alto contenido en sales soluble, como es característico de estos ambientes.
Por último, las dunas tienen un alto valor paisajístico, que sin duda es un gran atractivo más que se suma a la belleza de los litorales.
Amenazas y medios de protección
Al ser sistemas dinámicos que se modifican con el viento, cualquier alteración o interacción con ellas puede producir daños, incluso irreparables en algunos casos.
Por un lado, están los daños provocados de manera involuntaria o por desconocimiento, como es el tránsito peatonal no controlado sobre las dunas y sobre su vegetación. Esto puede provocar la muerte de las especies donde el crecimiento de las plantas es muy lento y difícil de recuperar. Esto puede evitarse con la creación de accesos demarcados o senderos con recorridos establecidos. Y por otro lado están los daños causados por malas prácticas, como son la extracción de áridos para uso en las construcciones o la realización de carreras con vehículos motorizados, que no sólo matan a la flora, sino que también perjudican a las aves con el ruido que provocan. A estas amenazas también se suma el hacer uso de los sistemas dunares como enclaves inmobiliarios, donde se destruye parte del hábitat, disminuyendo o eliminando todas las funciones beneficiosas que se han mencionado.
Para finalizar, existen algunos medios de protección o recuperación de los sistemas dunares, los cuales son relativamente fáciles de implementar ya que se trata de retener el sedimento transportado por el viento. Esto se puede lograr con la regeneración de vegetación, que fija el suelo y sirve de freno de la capa de viento más superficial cargado de arena. Y otro método es la instalación de estacas de madera o mallas de materiales naturales, haciendo la misma función de retención de los sedimentos. Sin embargo, esas metodologías están sujetas a la disponibilidad de arenas transportándose con el viento, lo que puede disminuir si no evitamos algunas de las amenazas anteriormente citadas.