El lanzamiento de penales en el fútbol tiene más de ciencia que de azar, según especialistas
Dos profesionales brindan números que ponen en contexto la importancia que tienen los penales. Un fútbol mundial tan hiperprofesionalizado, ¿puede darse el lujo de no recurrir a la ciencia para sacar provecho del conocimiento?
En un fútbol cada vez más hiperprofesionalizado alrededor del mundo, en el cual se invierten millones en contratación de jugadores, instalaciones, alimentación y avanzados sistemas de recuperación física y mental, ¿tiene sentido seguir creyendo que definir el ganador en un partido decisivo por penales es meramente una cuestión de azar?
De acuerdo a los especialistas Javier Gálvez González y José Manuel Cenizo Benjumea, profesores de la de la Facultad de Ciencias del Deporte, Universidad Pablo de Olavide, no. En una interesante columna escrita para The Conversation, los autores afirman que el resultado final siempre es imprevisible y depende de múltiples factores, pero si aplicamos la evidencia científica, las posibilidades de salir victoriosos aumentan considerablemente.
Algunos números para contextualizar la importancia de los penales en el fútbol
En las dos últimas Eurocopas, el 23 % de los partidos de la fase de eliminación se decidieron en los penales, aumentando hasta un 28 % en los dos últimos mundiales. Y en las dos últimas Copas América, de los 16 partidos de la fase de eliminación, seis (37,5 %) se decidieron en las tandas de penales. Con un porcentaje tan alto de probabilidad de llegar a este momento, su preparación debería ser intensiva por los que aspiren a ganar, afirman los autores.
De acuerdo con las estadísticas, las selecciones de fútbol parecen no esforzarse lo suficiente en su preparación, pues en esas Eurocopas se fallaron 23 de 52 lanzamientos (el 44,2 %). En los dos últimos mundiales, de 52 se fallaron 28 (53,8 %). En el caso de las últimas Copas de América, los porcentajes de fueron algo menores (43 aciertos y 15 errores, el 34 %).
Esta proporción de aciertos y fallos es muy diferente en los partidos de clubes. En la Champions League de 2022-23 se lanzaron 39, fallando solo 11 (28,2 %). ¿A qué puede ser debida esta diferencia? En los clubes, hay uno o dos especialistas encargados de todos los lanzamientos del equipo. Por tanto, la eficacia aumenta.
Tambien, hay que considerar que no es lo mismo lanzar un penal en un partido aislado de una competición regular, en la que se ganan o pierden varios, que hacerlo en la tanda de penales de una fase final de un gran torneo, en la que un fallo significa la eliminación. En estos casos, la carga emocional puede condicionar totalmente el rendimiento.
El duelo entre el lanzador y el arquero en un penal
El punto de penal se sitúa a 11 metros de la línea de gol y el ancho del arco tiene 7,32 metros. El lanzador debe buscar evitar al arquero y se establece un interesante duelo estratégico.
Si atendemos a las estadísticas de la mayoría de los partidos, se marcan aproximadamente el 70 % de los penales, lo que indica que el lanzador tiene ventaja. Esto incluye los penales con los que se sancionan las faltas cometidas dentro del área durante el tiempo de juego. Sin embargo, en las tandas de lanzamientos que deciden las eliminatorias si la prórroga acaba en empate, las posibilidades de uno y otro se igualan.
La estrategia independiente del arquero
Aquí, el lanzador dispara lejos del centro y suficientemente rápido para que no llegue. La mayoría de las paradas se producen en las zonas centrales del arco y la mayoría de los goles anotados se consiguen cerca de los postes, aunque también se producen casi todos los lanzamientos fuera de la meta. ¿Merece la pena arriesgarse a lanzar cerca de los límites del arco? En análisis de la liga inglesa, el riesgo a fallar lanzando a las esquinas superiores compensa el número de paradas en las zonas más bajas y centrales, afirman los autores.
En esta estrategia, los lanzamientos son una lucha contra el tiempo. Lanzando a 80 kilómetros por hora (km/h) a la base del poste, será gol en 520 milésimas de segundo (ms). Un arquero tarda entre 0,8 y 1 segundo en alcanzar una pelota situada a 70 centímetros del poste. Si el lanzador reduce la velocidad, el arquero dispone de más tiempo para moverse y detenerla. A 70 km/h, la pelota tarda 590 milésimas de segundo, y a 60 km/h tardará 690 ms. Con estos valores el arquero nunca podría detenerlo. Para lograr ese equilibrio entre velocidad y precisión, el lanzador debe entrenar lo suficiente para alcanzar la automatización de las acciones.
La estrategia dependiente del arquero
Sin embargo, la estrategia anterior no es la más elegida por los lanzadores, que en un 70 % de los intentos se decantan por la estrategia dependiente del arquero. Esto es, conseguir engañarlo para que se lance a un lugar distinto al de la pelota.
¿Cómo podemos pensar que un arquero se va a dejar engañar? Muy sencillo, porque éste ya sabe que si espera a ver dónde irá el balón, no llegará a atraparlo. Por lo tanto, intentará anticiparse y así ganar tiempo para llegar al objetivo.
Con este tiempo ganado, sí pueden conseguir detenerlo antes de los 520 ms de vuelo de la pelota. Lanzamientos más lentos, mayor ventaja para el arquero.
En esta estrategia dependiente del arquero, los lanzadores aciertan plenamente si el guardameta se mueve 400 ms antes, pero la eficacia disminuye conforme el arquero espera hasta 150 ms antes del disparo.
¿Cuál es la carga psicológica y emocional de las tandas de penales?
Para entenderlo hay que partir de un axioma: el arquero siempre es el mismo y puede usar varias estrategias durante la tanda. Sin embargo, el lanzador solo tiene un intento, de ahí la carga emocional que soporta. Siempre se habla de los errores de los lanzadores y de los aciertos del arquero…
Según los especialistas, estos son solo algunos datos resumidos de algunas estrategias analizadas por la comunidad científica. Todo parece muy simple, aunque evidentemente no lo es. Las tandas de penales en las fases finales de los torneos tienen una trascendencia enorme en los resultados y, por tanto, deben ser preparadas a conciencia. No establecer una estrategia entre las varias existentes, y no entrenarla lo suficiente, reflejará una falta de profesionalidad en los técnicos, afirman los autores.
Un deporte profesional que dispone de casi infinitos recursos económicos puede permitirse incorporar equipos científicos que asesoren a los técnicos sobre los avances en las ciencias del deporte.
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