El mundo no deja de perder agua: nuevo estudio muestra que la humanidad ha alterado el ciclo del agua
El mundo no deja de perder agua. Un nuevo estudio publicado por la revista Science muestra que la humanidad ha alterado el ciclo del agua.

Un grupo de científicos publicó recientemente su trabajo de investigación, en el que demostró que los reservorios de agua en la superficie de la Tierra se están secando, al menos en estos últimos 25 años. El aumento abrupto del nivel del mar y el cambio gradual de los polos de la Tierra revelan cambios permanentes en el régimen hidrológico en el siglo XXI.
¿Qué impacto ha tenido esto en el almacenamiento de agua terrestre, es decir, la cantidad de agua almacenada sobre y dentro de la tierra? En esta investigación combinaron datos satelitales de humedad del suelo, mediciones del nivel del mar con datos de redes de satélites, miles de boyas de la NOAA y observaciones del movimiento polar, para poder responder a esa pregunta y estimar el almacenamiento de agua terrestre durante las últimas cuatro décadas. Este análisis por parte del grupo de científicos reveló una drástica disminución.
El mundo no deja de perder agua
El aumento de las temperaturas atmosférica y oceánica ha provocado cambios sustanciales en la circulación del agua terrestre y los flujos de agua superficial terrestre, como la precipitación y la evapotranspiración, lo que potencialmente conduce a abruptos cambios en el almacenamiento de agua terrestre.
El producto de humedad del suelo (SM) Reanálisis v5 (ERA5) del Centro Europeo de Pronósticos Meteorológicos a Plazo Medio (CEPMMP) revela un agotamiento agudo durante principios del siglo XXI.
Durante el período de 2000 a 2002, la humedad del suelo disminuyó en aproximadamente 1614 gigatoneladas, mucho mayor que la pérdida de hielo de Groenlandia de aproximadamente 900 gigatoneladas (2002-2006). Cada gigatonelada (Gt) equivale a mil millones de toneladas.
“Nuestro trabajo revela que, en las últimas décadas, tras una abrupta disminución de la humedad del suelo entre 2000 y 2002, se ha perdido agua terrestre, principalmente para añadirla a los océanos. Esta disminución de la humedad del suelo continúa en una tendencia constante y gradual, intercalada con ocasionales descensos más suaves”, explica Ryu, uno de los autores.
De 2003 a 2016, el agotamiento de SM continuó, con una pérdida adicional de 1009 Gt. Este agotamiento está respaldado por dos observaciones independientes del aumento del nivel medio del mar global (~4.4 mm) y el cambio de polos de la Tierra (~45 centímetros).
Los déficits de precipitaciones y la evapotranspiración estable probablemente causaron esta disminución, y el SM no se ha recuperado hasta 2021, y es poco probable que se recupere en el futuro en las condiciones climáticas actuales.
Aumento del nivel del mar y el cambio de polos
Si bien 4.4 mm de aumento del nivel medio del mar global que dan las observaciones parecen poco, recordemos que solo una lámina de agua de un milímetro equivale a un litro por metro cuadrado, si a eso lo multiplicamos por la extensión de las masas oceánicas el número es elevado.
Por otro lado, el cambio de polos tiene que ver con el eje de rotación de la Tierra y la mencionada ley de conservación de la masa. Un estudio anterior sobre el deshielo de Groenlandia mostraba como la enorme isla se estaba elevando liberada del peso del hielo. Esto, unido a que lo que ahora es agua derretida ha aumentado la masa oceánica, estaría detrás de un cambio rotacional. En esencia, la redistribución de las masas de agua estaría frenando la rotación del planeta, y provocando también un desplazamiento del polo de rotación.
“El polo de rotación terrestre se desplaza continuamente, un fenómeno conocido como movimiento polar”, recuerda Ki-Weon Seo, investigador de la Universidad Nacional de Seúl (Corea del Sur), primer autor de esta investigación y experto en geodesia, la disciplina que estudia la forma de la Tierra y su campo gravitatorio.
“Este movimiento se debe principalmente a la redistribución de las masas de agua y aire en la superficie terrestre, incluyendo la humedad del suelo”, añade. Antes de su trabajo se conocían otros factores que afectan al desplazamiento del eje polar, como la pérdida de masa de hielo o el agotamiento de las aguas subterráneas. Así que pudieron repartir responsabilidades.
“En este estudio, eliminamos los efectos de estos factores conocidos que contribuyen a las observaciones del movimiento polar, lo que nos permitió aislar la señal restante, que atribuimos a los cambios en la humedad del suelo”, completa Seo. Estiman que el eje de rotación se ha desplazado 45 centímetros debido al cambio de sitio del agua. Y esta distancia correlaciona muy bien con el aumento del nivel del mar que atribuyen al agua procedente de la tierra.
Los humanos cambiamos el ciclo del agua
Los autores de este trabajo creen que los seres humanos hemos cambiado el ciclo del agua al elevar el nivel del mar y afectar la rotación terrestre, ciclo que se había mantenido relativamente estable desde el fin de la última edad de hielo.
En su versión más sencilla, el ciclo del agua consiste en que el agua de los mares se evapora y asciende, parte precipita en forma de lluvia sobre la tierra, y derivan luego en acuíferos, ríos y lagos, terminando nuevamente en el mar y vuelta y el ciclo vuelve a comenzar.

Salvo por unas cuantas moléculas de hidrógeno que alcanzan las capas atmosféricas más altas y escapa al espacio, se trata de un sistema cerrado. En estos sistemas, se sabe que la masa permanece constante, ni se crea ni se destruye, como tampoco lo hace la energía.
Para el caso del ciclo cerrado del agua, esto implica que siempre hay prácticamente la misma, cantidad solo que puede cambiar su ubicación. Así que sabiendo cuánta agua hay en una parte del sistema, se puede deducir y estimar la que falta en otra.
Los autores recuerdan que son muchos los procesos que están detrás de este cambio. Todos los que destacan son antropogénicos y casi todo empieza por el cambio en el patrón de precipitaciones.
La menor frecuencia en las lluvias ha colocado a estos años entre los más secos del registro histórico. El número, frecuencia e intensidad de las sequías flash está aumentando. Además, no es solo que llueva menos, es que, cuando lo hace, es de forma más intensa y torrencial. Esto provoca que el agua corra hacia el mar y no se infiltre.
A la sequía meteorológica se une la atmosférica. El aire en Europa, por ejemplo, es el más seco de los últimos 400 años. Esa sequedad ambiental también está “asfixiando” a los árboles, depósitos naturales de humedad, que cada vez mueren antes. Y lo mismo para los reservorios subterráneos, su sobreexplotación es un fenómeno global, el hundimiento de muchas ciudades chinas por el abuso de sus acuíferos sirve de muestra extrema.

“Si bien el agua circula constantemente entre la tierra y los océanos, la tasa actual de pérdida de agua terrestre supera su reposición”, afirma Seo, uno de los autores. “El agotamiento de los reservorios terrestres que observamos es potencialmente irreversible, ya que es improbable que esta tendencia se revierta si las temperaturas globales y la demanda de evaporación continúan aumentando al ritmo actual.
Sin cambios significativos en los patrones climáticos, es probable que el desequilibrio en el ciclo del agua persista, lo que provocará una pérdida neta de agua de la tierra a los océanos con el tiempo”.
Referencias de la noticia:
Ki-Weon Seo, Dongryeol Ryu, et al. "Abrupt sea level rise and Earth’s gradual pole shift reveal permanent hydrological regime changes in the 21st century". Science, 27 de marzo de 2025.
Por Miguel Ángel Criado. "El ciclo del agua está cambiando hacia un nuevo estado". El País, 27 de marzo de 2025.