Davemaoita: el “tesoro” encontrado dentro de un diamante
Una reciente publicación científica dio a conocer que se recuperó con éxito, en el interior de un diamante, el fragmento de un mineral que sólo puede existir en las profundidades de la Tierra. Conoce aquí las características de este nuevo mineral y otras curiosidades.
El nuevo mineral identificado por un equipo liderado por el mineralogista Olivier Tschauner, de la Universidad de Nevada en Las Vegas, ha sido nombrado davemaoita, en honor al geofísico chino-estadounidense Ho-Kwang "Dave" Ma, quien ha realizado notables investigaciones de las capas inferiores de a Tierra.
El hallazgo se dio a conocer el pasado 11 de noviembre en la Revista Science, prestigiosa publicación de la AAAS (American Association for the Advancement of Science). El artículo detalla los resultados de los análisis mediante la difracción cristalográfica de rayos X, la fluorescencia y la espectroscopia de una muestra natural de este mineral, identificado como una perovskita de silicato de calcio de alta presión (CASiO3).
La existencia de este mineral era conocida desde hace varias décadas, y se había sintetizado en laboratorios. Sin embargo en su estado natural no había sido observado, pues hubiese sido necesario perforar miles de kilómetros en el fondo de los océanos, lo que hasta hoy es tecnológicamente imposible.
¿Qué es lo novedoso?
Por primera vez se pudo documentar esta perovskita, que se estima constituya entre un 5 y un 7% el manto interior de la corteza terrestre, que se extiende hasta los 2.700 kilómetros de profundidad con relación a la superficie. Lo novedoso de este descubrimiento es que pudo identificarse la estructura molecular de un compuesto que se presume, sólo pudo formarse a las elevadas presiones, del orden de los 24 mil a 35 mil millones de pascales, en el interior de nuestro Planeta.
El material que compone las diferentes capas del manto terrestre se encuentra en constante movimiento, por lo que en cada nivel de profundidad los minerales están en un equilibrio termodinámico, a una temperatura y presión determinadas. Es por ello que solo en esas condiciones pueden ser identificados.
Algunas erupciones volcánicas han transportado fragmentos de rocas provenientes de profundidades entre 100 y 200 km, pero no habían llegado a la superficie minerales como la davemaoita, desde el manto inferior (a partir de los 600 km y hasta los 27.000 km).
¿Cómo llegó este “tesoro” a la superficie?
En 1987 un diamante extraído en una mina en Botsuana generó insatisfacción a sus descubridores, pues esta piedra preciosa de color verdoso tenía en su interior unas manchas oscuras, que le hacían perder su valor en el mercado. La peculiar piedra se conservó en un laboratorio de Estados Unidos, hasta que los científicos de la Universidad de Nevada la estudiaron y descubrieron que las “manchas” eran un mineral que solo podía encontrarse en las entrañas de la Tierra.
El diamante de Botsuana no solo sirvió como “cápsula del tiempo” a los fragmentos de davemaoita en su viaje hasta la superficie. También fragmentos de hielo a alta presión y del mineral conocido como wüstita (FeO) le acompañaron, para revelarnos las interacciones en el interior de nuestro planeta.
Sobre el origen de la davemaoita aún persisten muchas incógnitas. Una de ellas es su elevado contenido de potasio, muy diferente a lo modelado en laboratorio, lo que permite suponer su formación de una roca rica en este mineral en interacción con fluidos de carbono (que originan el diamante). Además del potasio, se identificaron Uranio, Torio y otros elementos radioactivos en la composición del nuevo mineral, lo que ha permitido revelar la ubicación de fuentes de calor en el manto inferior.