En Chile ¿las construcciones están preparadas para resistir un gran terremoto?
La acumulación de energía mantiene en estado de alerta permanente a quienes habitan el centro-norte del país. Experta analiza lo ocurrido con las edificaciones después del terremoto de 2010 y responde una pregunta que la muchos se hacen por estos días.
A raíz de los últimos sismos en Chile, y ante el anuncio de los expertos de la acumulación de energía en la zona centro-norte del territorio, surge la pregunta ¿las construcciones están preparadas para soportar un gran terremoto?
“Los edificios, particularmente las viviendas, deben ser diseñadas por ley utilizando la norma NCH 433 que indica, en forma conceptual, que deben resistir sin daño un temblor de baja intensidad. Así también que pueden sufrir daños en algunos elementos que no forman parte del sistema sismorresistente ante un sismo de mediana intensidad. Y que pueden tener daño estructural, pero no colapso, en caso de que el terremoto sea de una intensidad severa”, señala Paulina González, ingeniera civil de la Universidad Católica de Valparaíso (PUCV).
En el caso de las construcciones no habitacionales, estas “deben ser diseñadas con la norma NCH 2369 que también tiene altas restricciones para las deformaciones y así las edificaciones puedan seguir funcionando después de un terremoto”, detalla la experta.
Esta sostiene que “las edificaciones en Chile están preparadas para resistir terremotos de alta intensidad”.
Consecuencias del 27F
El terremoto de 2010 dejó severos daños estructurales en edificios que tuvieron que ser demolidos como, por ejemplo, la torre Festival en Viña del Mar y Alto Río, el cual se desplomó en Concepción.
“En el caso del edificio colapsado en Concepción se realizó un juicio donde se encontraron los responsables, ya que aparentemente hubo un cambio en el proceso de construcción. El resto de los edificios que fueron demolidos sí cumplieron con la norma, porque el terremoto fue de una intensidad excepcionalmente severa y en ese caso se aceptan daños en elementos estructurales. El tema es que deben ser demolidos, porque la reparación significa un alto costo”, indica Paulina González.
“Ese es un caso especial, porque debe tener un sistema estructural además del adobe que permita esa capacidad resistente, ya que ese material tiene un muy buen comportamiento térmico, pero no tiene gran capacidad de resistencia. Una vivienda de adobe debe ir acompañada por otra estructuración que fije más resistencia”, afirma la especialista.