Encrucijada evolutiva: cómo el pasado de la humanidad puede obstaculizar las soluciones al cambio climático en el futuro
Un estudio de la Universidad de Maine revela que la evolución humana, que alguna vez fue una fuerza impulsora, ahora plantea desafíos para abordar las crisis ambientales. La adaptación cultural, la gobernanza global y la sostenibilidad están a la vanguardia de la investigación.
Ante desafíos globales apremiantes como el cambio climático, un estudio de la Universidad de Maine revela una perspectiva sorprendente. La evolución humana, la fuerza que nos impulsó a dominar el planeta, puede ahora constituir una barrera para resolver las crisis ambientales.
El estudio, dirigido por el biólogo evolutivo Tim Waring, explora la intrincada relación entre la evolución humana, la adaptación cultural y nuestra capacidad para abordar las amenazas ecológicas que se avecinan.
El papel de la evolución cultural
La investigación de Waring profundiza en tres cuestiones fundamentales: el papel de la evolución humana en la configuración de nuestra interacción con los recursos ambientales, su contribución a las crisis ambientales actuales y cómo los límites ambientales globales podrían influir en los resultados evolutivos futuros.
El estudio identificó una tendencia que abarca los últimos 100.000 años. En este período, los grupos humanos aumentaron la utilización de recursos, crearon sistemas avanzados y se expandieron a nuevos entornos, facilitando así la adaptación cultural.
Waring enfatiza su velocidad a la hora de dirigir la adaptación humana al resaltar el papel fundamental de la evolución cultural. Sin embargo, este mismo proceso, responsable de nuestro dominio global, ha generado desafíos sin precedentes. El circuito de retroalimentación positiva, donde grupos más grandes acumulan rápidamente rasgos adaptativos, ha impulsado el éxito de la humanidad a lo largo de la historia.
Desafíos globales y sistemas sostenibles
El estudio investiga casos históricos de sistemas humanos sostenibles e identifica dos patrones críticos. Los sistemas sostenibles a menudo surgen después de luchas por mantener los recursos, lo que enfatiza la necesidad de soluciones proactivas para evitar resultados catastróficos.
Además, los sistemas sólidos de protección ambiental abordan principalmente cuestiones internas de las sociedades en lugar de fomentar la cooperación entre ellas. Esta limitación plantea un obstáculo importante para abordar desafíos globales como el cambio climático.
El dilema de la gobernanza global
Para abordar las crisis globales de manera efectiva, el equipo de Waring aboga por nuevos sistemas regulatorios, económicos y sociales globales, que superen el alcance de los acuerdos existentes como el Acuerdo de París. La ausencia de una sociedad global coordinada plantea un obstáculo importante.
Waring subraya el potencial de consecuencias no deseadas en un mundo lleno de grupos subglobales, donde la evolución cultural podría exacerbar la competencia por los recursos, lo que llevaría a conflictos y retrocesos globales.
Navegando por la evolución futura
Mientras el estudio contempla el futuro de la evolución humana en una Tierra restringida, Waring sugiere la necesidad de esfuerzos de investigación aplicada para comprender los impulsores de la evolución cultural y reducir la competencia ambiental global.
Si bien el documento sostiene una visión pesimista, Waring reconoce la esperanza de una acción colectiva. Ejemplos exitosos como el Protocolo de Montreal y la moratoria global sobre la caza de ballenas ofrecen inspiración y señalan el potencial de sistemas éticos y intencionales de autolimitación.
Referencia de la noticia:
Waring, Timothy M, et al. “Characteristic Processes of Human Evolution Caused the Anthropocene and May Obstruct Its Global Solutions.” Philosophical Transactions of the Royal Society B, vol. 379, no. 1893, 13 Nov. 2023.