Entre lo dulce y lo salado del agua
La llegada del agua de un río al mar es el punto final del ciclo del agua. Pero no siempre es visible a los ojos, y sus efectos no siempre son favorables al ecosistema costero.
Las zonas de intercambio entre agua dulce y salada son áreas de alto valor ecológico donde podemos encontrar distintas unidades geográficas, como son los deltas, humedales costeros, lagunas costeras o marismas entre otras. Y la característica común a todas ellos es que son zonas donde se concentra gran actividad ecológica, tanto en la flora como en la fauna.
Además, por este valor ecológico, también son consideradas importantes desde el punto de vista económico, ya sea por la oferta de turismo natural como por las actividades productivas. Un ejemplo de estas actividades puede ser el avistamiento de avifauna, senderismo, marisqueo o incluso el cultivo de granos como el arroz en las albuferas.
Pero esto es sólo lo que está a simple vista para el ojo inexperto. Para todos es bastante habitual pensar que la unión del agua dulce en la tierra con el agua salada en el mar se produce en las desembocaduras de los ríos, pero además existe otra conexión menos evidente que se produce a través de las aguas subterráneas entre los dos ambientes.
Un reciente estudio ha logrado modelar a escala global las “pérdidas” de agua dulce por esta conexión subterránea por primera vez, evidenciando que el 1% del total de agua dulce del planeta se traspasa desde los continentes al océano de forma subterránea. Si bien puede parecer un valor porcentual bajo, en zonas sensibles como las mencionadas, la adición de nutrientes y sólidos disueltos que transporta el agua dulce puede provocar desequilibrio en los ecosistemas marinos incrementando los riesgos de contaminación y eutrofización de las aguas costeras, disminuyendo la producción primaria con un consecuente empobrecimiento de la biodiversidad .
Este estudio abre el panorama para seguir avanzando en el conocimiento de este fenómeno que sin duda hay que tener en cuenta en el manejo hídrico de las cuencas hidrográficas.
Verdaderos ríos bajo tierra
El intercambio que se da entre las masas de agua en profundidad puede estar en equilibrio, es decir, la zona de conexión se puede acotar a un espacio concreto, o puede darse una salida de agua dulce al mar que puede ser comparada con la desembocadura de un río, pero en profundidad.
Cuando hay equilibrio suele ser comparable en superficie a las zonas inundables por las mareas, como es el caso de las marismas o humedales costeros mencionados anteriormente. Pero cuando es una conexión con salida directa de agua dulce al océano, pero en profundidad, esta gran masa de agua cobra gran importancia en el balance hídrico general, más ahora que enfrentamos grandes períodos de sequía, no solo a nivel local sino también a nivel mundial.