Este particular fenómeno atmosférico puede favorecer el desarrollo de fuertes tormentas de granizo
Muy a menudo, las tormentas de granizo que afectan a latitudes medias están asociadas a un fenómeno atmosférico particular, más conocido como “intrusión seca”. Este término se refiere a una intrusión de aire muy seco de origen estratosférico en la troposfera superior.
Muy a menudo, en esta época del año, se puede asistir al desarrollo de tormentas eléctricas particularmente “enérgicas”, con fácil caída de granizo. A menudo se piensa que estos fenómenos están asociados a fuertes contrastes térmicos entre masas de aire muy diferentes.
Pero en realidad su génesis se remonta a fenómenos mucho más complejos que ocurren en la parte superior de la atmósfera. En este artículo intentamos analizarlos a fondo.
¿Qué son las “intrusiones secas”?
Muy a menudo, las tormentas de granizo que afectan a latitudes medias están asociadas a un fenómeno atmosférico particular, más conocido como “intrusión seca”. Este término se refiere a una intrusión de aire muy seco de origen estratosférico en la troposfera superior.
La “intrusión seca” produce un intenso “gradiente higrométrico vertical” entre el aire frío y seco de gran altitud que fluye por encima de las masas de aire muy húmedas (próximas a la saturación) que actúan en las capas inferiores.
En ciertas situaciones sinópticas, la tropopausa, es decir, la línea límite entre la tropopausa y la troposfera, puede curvarse hacia abajo y el aire rico en ozono de la estratosfera puede entonces entrar en la troposfera, desestabilizando aún más la columna de aire cerca de la ciclogénesis.
El intercambio de masa vertical del aire estratosférico y troposférico en un evento de plegamiento se puede explicar en términos del desarrollo de la circulación vertical, vinculada a la corriente en chorro presente en esta región.
El origen de las fuertes tormentas eléctricas inducidas por intrusiones secas
La aparición de una pequeña “línea seca” desencadena las situaciones ideales para la rápida formación de sistemas tormentosos, cargados de lluvias y granizadas, incluso intensas.
La gran explosividad de estos sistemas tormentosos de mesoescala, que se desarrollan a lo largo del sector prefrontal o frontal (como en este caso), se debe al fortísimo "gradiente higrométrico vertical" que se creó in situ, entre el aire más cálido y húmedo, estancado en el suelo durante varios días, y el aire más frío y seco que llegó a los niveles superiores de la troposfera, inmediatamente después del paso del frente frío en el suelo.
Normalmente, como suele ocurrir a lo largo de las vastas praderas de Estados Unidos y del sur de Canadá, pero también en Europa, esta combinación de aire frío y seco en las grandes altitudes y aire cálido y húmedo en las capas inferiores es ideal para fuertes tormentas de granizo, que a veces pueden llegar a ser realmente extremas, tanto que causan enormes daños y la muerte de personas que no pueden resguardarse de la lluvia.
La dinámica que conduce al desarrollo de granizos
En estas situaciones, con diferencias “higrométricas” muy fuertes (aire muy seco en altura sobre aire muy húmedo a nivel del suelo),se activan fuertes corrientes ascendentes, y el aire tiende a ascender rápidamente.
En contacto con la capa de aire seco presente a gran altitud, se enfría mucho más rápidamente que el aire más húmedo presente en las capas inferiores, favoreciendo un “Cape” (energía potencial de actividad convectiva) muy elevado que proporciona la energía necesaria para el estallido de tormentas eléctricas extremadamente violentas. Esta dinámica atmosférica conduce entonces a la formación de granizos.
Las nubes cumulonimbus que se forman, aunque no son muy altas, con una tropopausa baja (puede descender hasta 6 km), en caso de fuertes empujes ascendentes aún logran atravesar el límite de la tropopausa dinámica, abriéndose paso fácilmente hacia la estratosfera, provocando incluso tormentas de granizo particularmente severas.