Estudio advierte que las botellas reutilizables pueden ser un riesgo para la salud: ¿en qué sentido?
En los últimos años, las botellas reutilizables se han convertido en un símbolo de conciencia ambiental. Las llevamos al gimnasio, al trabajo e incluso viajamos con ellas. Pero, ¿qué pasa cuando ese gesto ecoamigable se transforma en un refugio invisible de bacterias?

Según un estudio de la Universidad del Sur de Florida, las botellas de agua reutilizables —especialmente las de plástico con boquillas estrechas— acumulan hasta 300.000 unidades formadoras de colonias (UFC) de bacterias por centímetro cuadrado. Para ponerlo en perspectiva, esa cifra supera los niveles encontrados en los tazones de comida de nuestras mascotas.
¿La razón? La combinación de humedad, restos de saliva y la costumbre de rellenar sin lavar. “Muchas personas creen que al solo contener agua, la botella no requiere limpieza frecuente. Es un error”, explica la microbióloga Karen Schmidt, coautora de una investigación citada por la BBC. Cada vez que tocamos la boquilla con las manos o dejamos el envase a temperatura ambiente, creamos un caldo de cultivo ideal.
No se trata de demonizar, sino de prevenir
El mensaje no es abandonar las botellas reutilizables —clave en la reducción de plásticos—, sino incorporar hábitos de higiene básicos. Un análisis de Food Protection Trends reveló que el 60% de los usuarios lava su envase solo una vez por semana, y el 12%… ¡nunca!
La recomendación es clara: lavar diariamente con agua caliente y jabón, prestando atención a las zonas difíciles, como roscas de tapas o válvulas. Para una desinfección profunda, los expertos sugieren usar vinagre blanco diluido o bicarbonato una vez por semana.
El material también importa. Las botellas de acero inoxidable o vidrio tienden a acumular menos bacterias que las de plástico poroso. Y algo esencial: secarlas completamente antes de rellenar. “La humedad residual es el mejor aliado de los patógenos”, advierte Schmidt.
Cuando el remedio es peor que la enfermedad
Curiosamente, el miedo a los químicos del agua potable ha llevado a algunos a preferir botellas reutilizables… sin considerar que una mala higiene puede ser igual o más riesgosa. Según el mismo estudio de la Universidad del Sur de Florida, el 20% de los usuarios reportó síntomas gastrointestinales leves tras usar envases sin lavar adecuadamente.

La solución no es volver al plástico desechable, sino adoptar una rutina sencilla: lavar, secar, repetir. Y si la botella muestra manchas oscuras, olores persistentes o arañazos profundos (donde las bacterias se adhieren con más facilidad), es hora de reemplazarla.
Al final, como en todo lo que amamos, la clave está en el cuidado. Nuestras botellas merecen tanto respeto como el planeta que intentamos proteger.
Referencias de la noticia
-Food Protection. The Cleanliness of Reusable Water Bottles: How Contamination Levels are Affected by Bottle Usage and Cleaning Behaviors of Bottle Owners.