Estudio confirma que la capa de ozono se está recuperando por causa antropogénica
Investigación confirma, por primera vez, que la recuperación de la capa de ozono sobre la Antártica es resultado directo de los esfuerzos globales para reducir los CFC –sustancias que se utilizaban en refrigeración–, que la agotan.

Este año se cumplen 40 años del descubrimiento del agujero en la capa de ozono sobre la Antártica. En 1985, un equipo del British Antarctic Survey publicó el hallazgo, y advirtieron que el debilitamiento del escudo de gas situado en la atmósfera –que protege al planeta de los rayos del Sol–, podría expandirse a otras partes del mundo.
Entonces se advirtió que, de seguir expandiéndose la capa, aumentarían los casos letales de cáncer de piel, por la exposición a los rayos ultravioleta. Esto llevó a que rápidamente los líderes del mundo se pusieran de acuerdo, y en 1987 se negoció el Protocolo de Montreal, que entró en vigor dos años después y prohibió la utilización de los halocarbonos y los CFC.
Desde entonces, la capa de ozono se ha recuperado paulatinamente. Y este año, un estudio liderado por el Massachusetts Institute of Technology (MIT), de EE.UU., confirma que no hay factores naturales involucrados en ello, sino que se debe a la decisión mundial de intervenir y prohibir los CFC a tiempo.
La primera prueba estadística
El nuevo estudio es el primero en demostrar, con un alto grado de confianza estadística, que la recuperación de la capa de ozono se debe principalmente a la reducción de las sustancias que agotan el gas, sobre otros factores como la variabilidad natural del clima o el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero a la estratosfera.

“La conclusión es que, con un 95% de confianza, el ozono se está recuperando, lo cual es fantástico y demuestra que realmente podemos resolver los problemas ambientales”, afirmó Susan Solomon, una de las autoras del estudio publicado en Nature.
El nuevo estudio es el primero en comprobar, con un enfoque cuantitativo, la causa de la recuperación del ozono antártico. El método es utilizado para detectar la “huella dactilar” de un fenómeno y es utilizado por los científicos que estudian el cambio climático, ya que aísla la influencia de factores climáticos específicos, aparte del ruido meteorológico natural. Con ella, el Premio Nobel de Física, Klaus Hasselmann, pudo identificar, confirmar y cuantificar la huella antropogénica del cambio climático.
Recuperación antropogénica
El equipo de Solomon y Peidong Wang, también del MIT, aplicó el método de huella dactilar para identificar la señal antropogénica en la reducción de las sustancias que agotan la capa de ozono y han permitido su recuperación.

Comenzaron simulando la atmósfera de la Tierra bajo diferentes condiciones, como un mundo sin aumento de gases de efecto invernadero ni CFC, y otros donde solo aumentaba uno de estos factores.
De las simulaciones, identificaron un patrón de recuperación relacionado con la disminución de las sustancias que dañan la capa de ozono, y lo compararon con datos reales de satélites sobre el agujero de ozono en la Antártida desde 2005. Vieron que la huella observada se volvía más clara con el tiempo.
En 2018 la huella estaba en su punto más fuerte y el equipo pudo confirmar con un 95% de confianza que la recuperación del ozono se debió principalmente a la reducción de las sustancias que lo agotan.
Si la tendencia sigue, los investigadores creen que pronto habrá un año en que la capa de ozono estará completamente intacta, y con el tiempo, el agujero de ozono se cerrará para siempre.
“En torno al año 2035, podríamos llegar a ver un año en el que no se produzca ningún agotamiento del agujero de ozono en la Antártida”, afirmó el investigador.
Referencias de la noticia:
- Paper en Nature: Fingerprinting the recovery of Antarctic ozone.
- Comunicado MIT: The ozone hole is healing, thanks to global reduction of CFCs.