Estudio expone los riesgos de las "cascadas de eventos extremos" proyectados para la Antártica
¿A qué se refieren los científicos con este concepto? ¿Cuáles son las recomendaciones para las políticas que se gesten dentro del continente blanco? Sorpréndete con las respuestas.
Cada vez hay más pruebas de que la quema de combustibles fósiles, y el consiguiente calentamiento global de 1,1 °C a la fecha, han generado una mayor incidencia y gravedad de los fenómenos ambientales extremos. Tales eventos han impactado mediante mayores niveles de lluvias e inundaciones, olas de calor, incendios forestales, sequías, escasez de agua y alimentos y, por supuesto, episodios de enfriamiento intenso.
La investigación "Antarctic extreme events", publicada recientemente en Frontiers in Environmental Science, examinó brevemente la evidencia de los eventos extremos en la Antártica y el océano Austral en una variedad de entornos y escalas de tiempo. De esta manera, expusieron cuán vulnerables son los sistemas en estas latitudes del planeta a los eventos extremos y destacaron cómo la gobernanza y la protección ambiental del continente deben tenerlo en cuenta.
¿A qué se refiere el concepto "cascadas de eventos extremos"?
Varios de los eventos extremos discutidos dentro de la investigación, que abarcan el clima, hielo marino, océano y biodiversidad, tanto marina como terrestre, no ocurren de forma aislada y sus impactos pueden vincularse en "cascadas", mencionó el equipo científico. Por ejemplo, el río atmosférico registrado en marzo de 2022, que condujo a temperaturas récord en el centro de la Antártica oriental, también provocó el calentamiento de la superficie de hielo terrestre, la ruptura de hielo marino y el colapso de la plataforma de hielo Congrio.
De manera similar, para el océano los cambios de los vientos impulsados por el ser humano pueden provocar modificaciones en la intrusión de aguas relativamente cálidas en los márgenes de la capa de hielo y, por lo tanto, afectar los eventos extremos de pérdida de hielo terrestre. Los impactos físicos y biológicos también pueden interactuar, ya que el calentamiento genera mayores probabilidades de que las especies exóticas se establezcan allí.
Por ende, no se pueden descartar "cascadas" futuras en las que los eventos extremos tengan impactos vinculados de gran alcance en múltiples ámbitos. Y, como si fuera poco, muchos de ellos son, potencialmente, difíciles de predecir.
Futuros eventos extremos en el continente blanco y propuesta para su protección
Si bien es una pregunta científica abierta respecto al nivel que algunos de estos eventos pueden atribuirse a la quema de combustibles fósiles, en la gran mayoría de los casos es prácticamente seguro que las emisiones continuas de gases efecto invernadero (GEI) conducirán a incrementos en el tamaño y la frecuencia de los episodios.
Desde la industrialización —década de 1850— la capa de hielo de la Antártica ha tardado en contribuir significativamente al aumento global del nivel del mar, pero debido a la quema de combustibles fósiles, la Antártica hoy aporta ¡seis veces más masa al océano que hace apenas 30 años! Por lo tanto, es muy probable que con los altos niveles continuos de emisiones de GEI, el nivel global del mar aumente más de 1 metro este siglo y mucho en décadas posteriores.
Por otra parte, las herramientas de áreas protegidas terrestres y marinas se pueden utilizar para minimizar los factores de estrés humano adicionales en entornos clave. Estos incluyen áreas recientemente expuestas por la pérdida de hielo o aquellas utilizadas por mamíferos marinos o aves nativas, cuyo éxito reproductivo puede verse afectado por el aumento de las temperaturas o la mayor acumulación de nieve.
Además, a medida que se retira el hielo marino, más áreas de la Antártica pueden volverse accesibles para visitas en barco, lo que requerirá una gestión cuidadosa para proteger los sitios vulnerables. Las medidas de bioseguridad también pueden ayudar a minimizar el riesgo de introducción de especies no autóctonas mediante barcos o aviones.
En este sentido, los miembros de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), se han comprometido a garantizar el desarrollo de un sistema representativo de Áreas Marinas Protegidas Antárticas (AMPA). Si embargo, frente al rápido cambio ambiental y la incertidumbre, las Partes deben considerar si las herramientas existentes son suficientes para brindar la máxima probabilidad de que los ecosistemas y las especies antárticas puedan persistir en el futuro.
El cambio antártico tiene implicaciones globales y los efectos de las influencias humanas son cada vez más evidentes dentro de los contextos de calentamiento global y las intervenciones directas. Reducir las emisiones de GEI a cero neto es la mejor esperanza para preservar la Antártica, y esto es sumamente relevante para todos los países e individuos del planeta.