Contaminación del aire aumenta el riesgo de sufrir arritmias cardíacas
Los peaks de contaminación de aire pueden aumentar la incidencia de enfermedades cardíaca, e incluso, los casos de muerte súbita. El dióxido de nitrógeno es el contaminante que más presentó asociación a las arritmias.
Un estudio internacional, publicado en el Canadian Medical Association Journal, concluyó que los peaks de contaminación del aire está asociados al aumento del riesgo de sufrir arritmias.
La investigación, realizada en China, evaluó casi 200 mil hospitalizaciones, y descubrió un aumento significativo en el riesgo de sufrir arritmias en las primeras horas tras el aumento de los niveles de contaminación del aire. Las arritmias cardíacas pueden aumentar el riesgo de enfermedades coronarias y, en última instancia, la muerte súbita, lo que causa preocupación en entidades internacionales.
Contaminación del aire, arritmias cardíacas y otras enfermedades graves
Los investigadores analizaron las concentraciones de seis contaminantes medidas en estaciones de monitoreo cercanas a los hospitales de análisis de las internaciones y mortalidad. Entre estos, el dióxido de nitrógeno (NO2) fue el que más se asoció a la ocurrencia de los cuatro tipo de arritmia.
La contaminación del aire en China está muy por sobre los parámetros que dicta la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la calidad del aire. Los investigadores realizaron el análisis centrado en pacientes con arritmia súbita, incluyendo la fibrilación auricular, el flutter auricular, los batimientos prematuros y la taquicardia supraventricular.
En estudios previos, los investigadores ya habían relatado un vínculo entre la contaminación y el material particulado fina (MP2,5 y MP10) con las arritmias en adolescentes sanos, y confirmaron que eso representa un riesgo significativo a la salud, a mediano plazo. El reciente estudio sugirió que el riesgo de exposición a seis contaminantes es aproximadamente lineal, sin un límite de seguridad evidente.
Los impactos en la salud van mucho más allá de las enfermedades cardíacas. Estudios demuestran que la contaminación por partículas está aumentando la incidencia de cáncer de pulmón, despertando algunas mutaciones latentes que desencadenan en el crecimiento de tumores.
Contaminación del aire: un llamado a la acción global
La British Heart Foundation (BHF) estimó, en un documento publicado en enero de 2020, que más de 160 mil personas podrían morir en la próxima década por derrames y ataques cardíacos relacionados a la contaminación del aire.
Los autores de esta investigación realizada en China destacan la necesidad de proteger a las personas en riesgo durante exposiciones prolongadas a la contaminación. Aunque los mecanismos precisos no han sido totalmente comprendidos, existen evidencias de que la contaminación del aire provoca estrés oxidativo e inflamación, lo que puede afectar la actividad eléctrica del corazón.
El estudio alerta también para la necesidad urgente de medidas más estrictas para reducir la contaminación del aire, especialmente en las áreas urbanas. La contaminación del aire es un problema global, pero es particularmente grave en los países en desarrollo, donde las emisiones de contaminantes suelen ser más elevados.
Considerando estas evidencias alarmantes, es fundamental que los gobiernos e organizaciones tomen medidas significativas para reducir la contaminación del aire para así mejorar su calidad a nivel internacional. Esto puede incluir la implementación de normativas más rígidas para las actividades industriales, y para el sector de transportes, en la inversión en fuentes de energía más limpias y en tecnologías de purificación de aire; en incentivos para los individuos y empresas que adopten prácticas más sustentables.
Además, es fundamental que las personas tengan conciencia sobre los riesgos que la contaminación del aire acarrea a la salud, utilizar mascarillas de protección respiratoria cuando los niveles de contaminación sean altos, mantener los ambientes internos bien ventilados y adoptar estilos de vida más saludables y sostenibles.
Con esfuerzos coordinados y la acción colectiva, podemos trabajar para proteger la salud de las personas —y del planeta— contra los diversos efectos perjudiciales de la contaminación del aire.