Estudios sobre el agujero de la capa de ozono no pueden parar
A pesar de que los datos de la última evaluación nos indican que la capa de ozono podría 'sanarse' hacia el 2060, no podemos hacer ojos ciegos. El monitoreo constante del ozono estratosférico, y de los gases que contribuyen a su disminución, es extremamente necesario.
La importancia de la realización de mediciones para conocer el estado de la capa de ozono, de los cambios en el clima y sus interrelaciones es de extrema importancia. En la ultima reunión de los Directores de Investigación sobre el Ozono (Ozone Research Managers, ORM), llevada a cabo a finales del mes de julio, se destacó la necesidad de monitorear los niveles de ozono y las sustancias que lo consumen, para así tener una idea clara sobre el éxito del protocolo de Montreal e informaciones concretas que respalden la evolución del ozono en una época donde el clima se ha vuelto una variable que cambia velozmente.
La brecha en obtención de información sobre las emisiones de los gases que reducen la capa de ozono se agudizó con la pandemia, producto de las interrupciones en las investigaciones de campo; pero el problema no se limita al periodo pandémico, ya que la reducción de recursos es un desafío constante que se arrastra mucho más allá del último año.
Se destacó la importancia de la necesidad de financiamiento de estaciones terrestres para el monitoreo continuo y de largo plazo de ozono, radiación ultravioleta y gases traza, haciendo énfasis en la necesidad de cooperación internacional sostenida para lograr así verificar la recuperación real del ozono y comprende la interacción que ocurre con los factores atmosféricos en una realidad de clima cambiante.
Se requiere más información para las investigaciones
La versión 11 de la reunión de los ORM recomendó que se realicen esfuerzos para mejorar la investigación en campos que incluyen la comprensión de las emisiones de gases que consumen el ozono, así como también de los hidrofluorocarbonos y gases relacionados, cómo los cambios en el clima están afectando al ozono estratosférico.
La comprensión de los cambios en el ozono, la composición de la atmósfera, los efectos de la reducción en las emisiones de gases consumidores de ozono y los efectos que el cambio climático está generando en las concentraciones de ozono estratosférico requieren de la realización de mediciones en escalas de tiempo más extensas.
Según se indicó en varias de las presentaciones realizadas en la reunión, se necesitarán varias décadas de mediciones continuas de las condiciones atmosféricas así como de las concentraciones de gases traza, del mismo ozono y de la radiación ultravioleta que llega a la superficie para tener una comprensión real de las interacciones del ozono en un clima cambiante, así como para poder verificar la recuperación de la capa de ozono.
El Océano Ártico puede convertirse en una fuente de gases invernadero.
Esto agregará la información necesaria requerida para investigar las posibles interacciones y efectos que ocurren entre los cambios en, por ejemplo, la temperatura en la estratósfera del Ártico y la Antártica, el impacto de la variabilidad de los vórtices polares y las concentraciones de ozono en estas regiones, y si realmente se logrará recuperar la capa de ozono en los próximos 40 años.