¿Por qué la ropa mojada es más oscura?
Cuando mojamos una prenda de vestir apreciamos que se oscurece. ¿Cuál es la explicación a este efecto visual? Intentaremos de manera sencilla desde la física óptica dar la respuesta.
La respuesta al efecto visual que hace ver más oscuras las partes mojadas en un tejido, está en el fenómeno de la refracción de la luz. Te habrás percatado que lo mismo ocurre con la arena cuando es bañada por las olas del mar, o con el pavimento de cemento cuando cae la lluvia.
Reflexión y refracción: ¿qué son?
Veamos antes los conceptos básicos para llegar a comprender el fenómeno. La luz o luz visible es la parte de la radiación electromagnética que puede ser percibida por el ojo humano. Una persona puede percibir longitudes de onda entre 380 a 750 nm (nanómetro es la milmillonésima parte de un metro), aunque excepcionalmente algunas personas pueden ver ondas de hasta 1050 nm.
Cuando un haz de luz viajando por un medio (por ejemplo el aire) cambia de dirección al encontrarse con otro (una pared), estamos ante el fenómeno de la reflexión. Por otro lado, la refracción es el cambio de dirección y velocidad que experimenta una onda de luz al pasar de un medio a otro con diferentes propiedades (índice refractivo).
Cuando la luz del Sol (o de una lámpara) incide en un objeto, parte de esa luz (ondas electromagnéticas) se absorbe y la otra se refleja. La longitud de la onda que regresa a nuestros ojos (que se “refleja”) determina el color que nuestro cerebro interpreta. Por ejemplo, una camisa verde absorbe todas las longitudes de onda, excepto las del rango entre 500 y 550 nm (las “retorna” o refleja).
Entendiendo el fenómeno
Siguiendo con el mismo ejemplo, al verter agua sobre ese tejido menos ondas del rango de color verde regresan a los ojos. Es decir, las partículas de agua adheridas al tejido provocan la refracción de la luz sobre esa superficie (la desvía en otras direcciones). Debido a este fenómeno es que la ropa se ve más oscura en las partes mojadas, pues el índice de refracción del agua es superior al del aire.
Cuando la superficie (en este ejemplo, nuestra camisa verde) se seca, el agua se evapora y volvemos a percibir el color más intenso pues las ondas “verdes” volverán a reflejarse en su totalidad.
Introducción 'muy simple' a la física del color
Lo primero que tenemos que comprender es que los objetos no tienen color, y que su percepción depende de su composición química y de los fenómenos físicos asociados a la presencia de la luz.
Ampliemos el concepto de luz al conjunto de radiaciones electromagnéticas que se propagan a través de las partículas denominadas fotones, y que mientras mayor es la longitud de onda, menor es la energía asociada al fotón.
La composición química de la materia es la que determina que algunas longitudes de onda sean absorbidas y otras reflejadas. Sin embargo, en mucha menor medida, el color que percibimos en un objeto no está causado por los pigmentos presentes, sino por la estructura interna del material a nanoescala. Tal es el caso de las alas de las mariposas y las plumas del pavo real.